3) ¿Alguien dijo Justicia? (por Jan Doxrud)
Teniendo en consideración lo anterior, ¿qué es la justicia? ¿Podemos reflexionar sobre la justicia en un vacío histórico, moral cultural o religioso? ¿Podemos hacer “tábula rasa” del entorno de las diversas sociedades a la hora de querer dilucidar el concepto de justicia? ¿De qué personas estamos hablando? ¿Cuáles son sus sistemas de creencias y valores? ¿En qué entorno político habitan? Tampoco podemos ignorar el cambio en las sociedades y, en ocasiones, cambios abruptos dentro de cortos períodos de tiempo como el caso de Libia , Irak o Siria donde las reglas del juego han cambiado de manera radical. En suma, ¿cómo podemos lograr compatibilizar un concepto universal y absoluto de justicia con una sociedad caracterizada por la diversidad cultural y religiosa? En unos países la pena de muerte es parte de la ley mientras que en otros es considerada como un reliquia de un pasado bárbaro. Lo que es justicia para muchos es venganza para otros muchos (incluso para una mayoría). ¿Cómo compatibilizar la justicia divina en la que se basan los grupos fundamentalistas religiosos con la leyes positivas del mundo secular? Como bien señala el académico Tom Campbell, detrás de las diversas perspectivas sobre la justicia existen ideologías políticas y sociales rivales, así como concepciones de mundo diferentes (liberalismo, libertarismo, anarquismo socialismo, feminismo). A esto añade Campbell:
“Todo análisis de la justicia debe ser capaz de dar cuenta de la inmensa variedad y complejidad de sus significados, aplicaciones y conexiones ideológicas, e intentar mostrar la unidad que subyace a sus diferentes manifestaciones políticas sin minimizar el alcance del importante desacuerdo entre ellas”.
Así, Campbell distingue entre el concepto de justicia y concepciones de justicia. El concepto es el que proporciona el significado de la justicia, mientras que las concepciones enuncian los criterios de evaluación propuestos para determinar si ciertos tipos de situaciones son justas o injustas. En palabras del autor:
“De acuerdo con cualquiera de estas dos perspectivas, se puede asumir que el análisis del concepto de justicia nos dice de qué se trata la justicia de manera asilada y filosóficamente considerada, mientras que los análisis de las diferentes concepciones de la justicia establecen qué es la justicia en términos concretos, entrando así en el discutible campo del conflictivo e ideológico debate político”.
Continuemos nuestro recorrido sobre el significado de la justicia. ¿De qué manera debemos aproximarnos al concepto mismo de justicia? Podemos distinguir los siguientes enfoques:
a) Abstracto y ahistórico:como lo ya señalé anteriormente, esto es, intentar dar con una definición universal y absoluta de justicia.
b) Relativo e histórico:no existe “un” concepto de justicia, puesto que esta varía de una cultura a otra.
c) Teleológico: la justicia debe definirse por el fin que persigue. De acuerdo a (b) estos fines son múltiples (¿igualdad formal? ¿igualdad material? ¿libertad?)
d) Procedimental: el resultado es justo si el procedimiento y la deliberación fueron óptimas.
-Junto a esto debemos añadir una tipología dentro del concepto de justicia.
1) Retributiva: Sostiene una retribuciónproporcionalal daño causado, independientemente de que ésta medida produzca o no beneficios y/o prejuicios tangibles
2) Distributiva: Guarda relación con la equitativa distribución de recursos entre los miembros de la sociedad (es parte de la justicia social)
3) Restaurativa: Concebida como una respuesta evolucionada al crimen que respeta la dignidad y equidad de cada persona, construye comprensión y promueve armonía social a través de la “sanación” de la víctima, infractor y comunidad.
4) Positiva: Es aquella definida por la ley “establecida” o “puesta” (positum) por los seres humanos. Los regímenes comunistas y el nazismo (entre otros) nos enseñaron que toda ley no es justa y que, la justicia legal puede ser extremadamente injusta.
Continuemos explorando el concepto de justicia. Como señalé en el comienzo, definiciones abundan y estas pueden resultarnos útiles para comenzar una breve reflexión sobre este concepto. Como bien es sabido, la justicia es representada en la antigua Grecia por Temis, que simbolizaba la ley como un sistema que regulaba la conducta de los seres humanos. Temis se diferenciaba de Némesis que representaba aquella justa compensador. Némesis era justicia, pero también castigo y venganza, lo que muchas personas desean hacer cuando sienten que la justicia oficial les fallado. La justicia suele representarse por medio de una mujer con los ojos vendados queriendo dar a entender con e sto que la justicia es ciega, imparcial y sin favoritismo. También está presente la balanza, es decir, que la justicia opera a base a la evidencia existente para inculpar o exculpar a una persona o grupo de personas. Por último está la espada, que simboliza la idea de que la justicia aplica con todo el rigor las sentencias. ¿Es útil esta imagen para representar a la justicia? Tenemos países en donde la homosexualidad está penada con pena de muerte. De acuerdo a la imagen descrita de la justicia (mujer ciega que opera en base a la evidencia), sólo basta, en ese país específico, con que el “delito” sea corroborado y sea sopesada la evidencia en la balanza para que posteriormente la justicia aplique la pena que en este caso es la muerte. ¿Queda el lector satisfecho con esta imagen de la justicia ciega y que se rige sólo por el peso de la evidencia?
Otro ejemplo mas específico, ¿considera el lector como “justa” la fatwa del Ayatolá Jomeini en donde llamaba a cualquier musulmán a asesinar al escritor Salman Rushdie por su obra “los versos satánicos”? Este edicto religioso emanaba de la más alta autoridad de la jerarquía chiíta en Irán y de acuerdo a este, cualquier persona que ofendiera la imagen del profeta Mahoma y fuese acusado de apostasía y blasfemia debía ser condenado a muerte. Ciertamente la imagen clásica de la justicia ciega está lejos de ser satisfactoria, puesto que bajo ese simbolismo se pueden cometer las peores atrocidades. La justicia y lo que es justo es una convención y esto no tiene nada de nuevo ni de revolucionario, es simplemente un hecho.
El filósofo y director de la Academia, Filón de Larisa (145 a.C-80 a.C) se opuso a la idea de una supuesta “justicia natural” defendiendo más bien la justicia convencional, puesto que la concepción de justicia que tienen los seres humanos varía tanto de una nación a otra así como de una época a otra dentro de una misma nación. La justicia no sería un bien y fin en sí mismo, ni tampoco se fundamentaría en la naturaleza o una ley eterna, puesto que su fundamento sería la utilidad un eficiente cálculo.
Otros como Glaucón (en la República de Platón) intentó conciliar convención con naturaleza. Glaucón piensa que lo justo es sinónimo de legal pero añade que esto, a su vez, se deriva de la idea que, por naturaleza, caracteriza a los seres humanos. Esta idea es que los seres humanos se preocupan por su propio bien y no por el de los demás y es justamente este hecho, que haría imposible la convivencia social, que nace la idea entre la mayoría, los más débiles, de llegar a un acuerdo en donde todos pueden estar mejor. Esta es la idea un contrato social en donde se pacta lo que se puede y no se puede hacer (respetar la vida, el honor la propiedad, etc.)
Bibliografía
-Leo Strauss y Joseph Cropsey, Historia de la Filosofía Política
-Tom Campbell, La Justicia: los principales debates cotemporáneos.
-Sheldon Wolin, Politics and Vision
-George H. Sabine, Historia de la Teoría Política
-Etienne Gilson,t La filosofía en la Edad Media
-Sayyid Qutb, Justicia Social en el Islam