8) La Guerra Civil Española . Los Años previos, 1931-1936 (por Jan Doxrud)
Pasemos ahora a examinar la historia de España. Para ello seguiré como columna vertebral la exposición de Paul Preston, aunque el contenido no seguirá únicamente lo expuesto por el británico, de manera que lo contrataremos y complementaremos con las ideas de otros historiadores. Antes de proseguir, dejaré esta tabla que será útil para que el lector pueda guirase y a la cual podrá regresar a medida que avance en la lectura.
¿Qué es una guerra civil?
Resulta complejo decidir desde dónde comenzar a la hora de abordar hechos históricos importantes, lo cual incluye la guerra civil en España. Ya el célebre historiador francés Marc Bloch (1886 - 1944) nos hablaba de aquel “ídolo de la tribu” de los historiadores: el ídolo de los orígenes. Recordando las palabras (al parecer) de Ernst Renan, Bloch escribió en su clásico “Introducción a la Historia” (1949), que en todas las cosas humanas, los orígenes merecían ser estudiados antes que nada. El problema que planteaba Bloch consistía en dilucidar qué debíamos entender por “orígenes”. ¿Acaso nos referimos al “principio”? ¿Quizás los “orígenes” se refieren a las “causas? ¿Son un “comienzo” que explica? Pero el problema con esto, como señalaba el mismo historiador francés, es que no toda “filiación” constituía una “explicación” de manera que ambas no debían ser confundidas
En nuestro caso realizaré una exposición del panorama político de España desde el año 1833 (muerte de Fernando VII) hasta llegar al gobierno del Frente Popular en 1936. Como ya señalé, en lo que respecta al orden en como abordaré la guerra civil, seguiré la misma estructura del libro de Paul Preston pero, antes de esto, comenzaré con un tema relevante planteado por el historiador estadounidense, Stanley Payne, en su libro “La Revolución española (1936 - 1939): Un estudio sobre la singularidad de la Guerra Civil” (1972). Este tema guarda relación con el concepto de “guerra civil”. En la introducción, el historiador clasifica las guerras civiles en 3 categorías. La primera se refiere a los conflictos dinásticos sucesorios que pueden desembocar en guerras internacionales. Ejemplo de lo anterior, señala Payne, fue Guerra de Sucesión española a comienzos del siglo XVIII que comenzó con la muerte sin descendencia de Carlos II, último representante de la dinastía de los Habsburgo.
Otros ejemplos de Guerra de sucesión castellana entre 1475 y 1479, producto de la muerte de Enrique IV de Castilla. En segundo lugar están las guerras de secesión o liberación nacional, como fue el caso de Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX. Por último, y en tercer lugar, Payne destaca las guerras civiles de índole político-ideológicas, las cuales constituyeron una novedad, puesto que aspiraban a “cambiar drásticamente el sistema político y/o la sociedad con la implantación de normas totalmente nuevas”. El primer caso “laico” que destaca el historiador estadounidense fue la Revolución francesa (1789) y todo el proceso posterior en donde esta se radicalizó bajo el dominio jacobino. Ya entrado el siglo XX tenemos la guerra civil en Rusia entre los bolcheviques y sus enemigos, o la guerra civil en Finlandia en 1919 que enfrentó a los “blancos” y “rojos”.
Por su parte, el catedrático de la Universidad de Harvard, David Armitage, en un libro titulado “Las guerras civiles. Una historia en ideas” (2018), señala que este es un término que se remonta a la república romana (bellum civile). Pero este término no tenía la misma connotación que en el presente, puesto que una guerra civil era, en Roma, era una intervención armada por parte de los “civis” o ciudadanos, en contra de extranjeros (hostis). Así el concepto de guerra civil fue evolucionado y cambiando su contenido semántico aunque, obviamente, mantuvo carácter bélico. Su idea central, la cual también destaca en una entrevista con “ABC Cultural” (2018), es que este es un término acuñado hace 2 mil años. Así una guerra civil sería una guerra entre ciudadanos, entendiendo por este último concepto, una guerra entre (ciudadanos) iguales.
Añade el mismo autor que las guerras civiles tienen origen en profundas y mortíferas divisiones y que denominar ‘civil ’a una guerra, es reconocer “la familiaridad de los enemigos en tanto que miembros de una misma comunidad, esto es, no extranjeros, sino conciudadanos”. Ahora bien, como explica el autor, a lo largo de los siglos este concepto se encontraría con otros conceptos rivales como el de “guerra de religión” o “revolución”. En el caso de la “Guerra Civil Española” se entremezclan varios elementos, es decir, confluyeron tanto motivos ideológicos ( comunistas, socialistas, anarquistas, conservadurismo, monarquismo, fascismo), así como también hubo elementos nacionalistas (vasco y catalán) así como componentes religiosos, en este caso la Iglesia católica. También fue una guerra particular que involucró la intervención de otras naciones como la Unión Soviética de Stalin, la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini.