1) Irving Fisher: Capital, Interés y Tiempo (por Jan Doxrud)

1) Irving Fisher: Capital, Interés y Tiempo (por Jan Doxrud)

En esta serie de 6 artículos realizaré una introducción a la obra “Teoría del Interés” del economista estadounidense Irving Fisher (1867-1947). El libro fue publicado originalmente en 1930 y, en español, en 1999, por Ediciones Aosta.

Comencemos con algunos breves datos biográficos antes de pasar a revisar la obra anteriormente mencionada. Siguiendo a Sylvia Nasar en su “La Gran Búsqueda. Una Historia de la Economía” (2013), Fisher era hijo de George Fisher,  un pastor evangélico graduado de la Universidad de Yale y su madre, Ella, había sido alumna de su padre, siendo una devota cristiana. El padre falleció cuando Fisher tenía 17 años (y su hermano de 10). Pero gracias a las inversiones del padre y la beca que obtuvo Irving, finalmente el futuro matemático y economista lograría matricularse en la Universidad de Yale. Como señala Nasar, Fisher logró destacarse en todo aquellos que en Yale era fundamental para ganarse una reputación: deporte (remo), debate y notables resultados académicos, siendo el primero de los 124 alumnos de su generación

Fisher estudió matemáticas en la Universidad de Yale, recibiendo el primer Doctorado en Economía de esa universidad en 1891. Su tesis doctoral versaba sobre economía matemática y fue publicada en 1892 bajo el título “Mathematical Investigation in the Theory of Value and Prices”. Como explica el economista español, y editor de la obra de Fisher, José Antonio Aguirre, en aquellos tiempos las universidades estadounidenses no tenía ni facultades ni departamentos de Economía Política, de manera que la carrera universitaria de Fisher se desarrollo dentro de un ambiente multidisciplinar. 

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De hecho uno de las primeras facultades de economía fue la de la Universidad de Berkeley a comienzos del siglo XX. Dentro de la facultad de Economía Política de Yale destaca la figura de William Graham Summer (1840-1910) quien, por lo demás, dictó la primera cátedra de sociología en Yale. Dentro de un ambiente donde prevalecía cierto grado de estatismo, Summer se mostró como un liberal “clásico” admirador, por lo demás, de Charles Darwin y Herbert Spencer. De acuerdo a Nasar, basándose en el relato del hijo de Fisher, Irving Fisher se matriculo en todas las clases de Summer. Fue justamente Summer quien recomendó a Fisher realizar un Doctorado sobre economía matemática, el cual sería un tema novedoso. Así, Summer prestó a Fisher un libro del economista William Stanley Jevons (1835-1883), trabajo que sería catalogado por Paul Samuelson (1915-2009) como la tesis doctoral de economía más importante jamas escrita.

William Graham Summer

William Graham Summer

Sylvia Nasar señala que el joven Fisher de 30 años era el único especialista estadounidense en economía teórica tomado en serio por los economistas de la Universidad de Cambridge, y que era considerado como un genio tanto por Alfred Marshall (1842-1924) como por León Walras (1834-1910).Fisher pudo viajar por Europa a finales del siglo XIX donde pudo compartir con importantes personalidades de la talla de Carl Menger, Vilfredo Pareto, León Walras, Ysidro Wdgeworth y Alfred Marshall. Incluso se dio el tiempo para asistir a las clases del matemático Henri Poincaré en París.

En su trayectoria pasó por  altos y bajos. Casi muere prácticando su deporte favorito: la natación. Como señala Nasar, tras este episodio a Fisher le nació el pastor que llevaba adentro y abogó por una vida sana y autocontrolada, que lo llevó a defender la “Ley Seca” en Estados Unidos (1920-1933). Tras el terremoto de San Francisco (1906) se mostró más a favor del intervencionismo estatal que del liberalismo clásico. De acuerdo a Nasar Fisher habría señalado su preferencia por el socialismo en lugar del liberalismo extremos del profesor Summer. También fue un crítico del “homo economicus” o aquel modelo que representaba al ser humano como una maquina calculadora y racional. 

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Irving Fisher

Irving Fisher

Fisher se desempeñó como académico en la Universidad por 43 años, retirándose en 1935. Obras previas a las que aquí se comentará son: “Appreciation and Interest” (1896), “The Nature of Capital and Income” (1906), “The Rate of Interest” (1907), “The Purchasing Power of Money: Its Determination and Relation to Credit , Interest and Crises” (1911)”, “The Making of Index Numbers” (1922). 

Así, Fisher resultó ser un exitoso académico y amasó una gran fortuna por medio de la inversión en bolsa. Uno de los principales golpes tanto financieros como reputacional, fue la crisis económica de 1929 que Fisher no vio venir. En sus artículos posteriores Fisher no veía la raíz de la crisis en la especulación y en el precio “artificalmente alto” de las acciones. El problema en realidad había sido el exceso de préstamos a un t ipo de interés bajo. Así, como señala Nasar, Fisher siguió adherido a la idea de que el mercado se recuperaría y que la depresión era evitable. 

Fue este exceso de optimismo y tozudez lo que hizo que perdiera su fortuna, perdiendo la oportunidad de vender su cartera de acciones. De acuerdo a Nasar en 1929 las acciones de Remington Rand (empresa productora de maquinaria) estaban a 58 dólares mientras que a finales de 1930 cotizaban en 28 dólares, Hacia finales de 1933 no pasaban de 1 dólar. Así, como resalta Nasar, a la angustia y al humillación de la ruina económcia, se sumo el duro golpe a la reputación de Fisher el cual fue criticado públicamente.

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En el prólogo del libro que aquí examinaremos, Fisher señala que este nuevo libro era una revisión de su “The Rate of Interest” de 1907. El autor fue posponiendo por décadas la idea de re-editar esta obra y, tras realizar una exhaustiva revisión incorporando las criticas realizadas, finalmente lo que emergió fue un nuevo libro, puesto que Fisher re-escribió por completo la obra de 1907  y, además, añadió nuevo material. En su prólogo se refiere a la influencia que ejerció la figura del médico y explorador John Rae (1813-1893) así como también al economista austriaco, Eugen Böhm-Bawerk (1851-1914),autoridad en temas como el interés y el capital (entre otros). De hecho Fisher incorpora las observaciones críticas de Böhm Bawerk en uno de los capítulos de su libro

Pasemos ahora a examinar su libro. En el capítulo I, Fisher realiza una breve síntesis de su obra “La Naturaleza del capital y la Renta” (1906) en donde repasa algunas ideas y conceptos relevantes que mencionaremos a continuación. En primer lugar, Fisher destaca la complejidad del proceso económico mismo que constituyen diversos procesos simultáneos en donde intervienen diversos agentes económicos que utilizan bienes de capital para producir bienes.

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En palabras de Fisher:

“En nuestra complicada vida actual la multiplicidad de intercambios industriales y de transacciones monetarias probablemente tiende a confundirnos (…) hoy día las cosas son más complicadas y ya no se trata simplemente de alargar el brazo y llevarse la fruta a la boca, sino que existe todo un complicado entramado de intercambios a base de dinero: es decir, hay una larga cadena de hombres, capital y transacciones monetarias que separa el trabajo inicial de coger y la satisfacción final de comer”.

Todo este proceso de producción requiere de tiempo y coordinación pero, en última instancia, Fisher afirma que todos estos procesos intermedios de creación y transformación –  en donde interviene desde arados, pasando por molinos, maquinaria hasta hornos – son de importancia en la medida en que son necesarios o sirven en un principio al proceso de goce o disfrute material, que es lo que constituye lo que denomina como “renta”, que constituye el “alfa y omega de la economía”. En otras palabras, el economista estadounidense nos quería a dar a entender que lo que importaba, en última instancia, era lo que podíamos llevarnos desde el mercado a nuestras casas y es este disfrute o goce de las cosas materiales lo que constituye la “renta”.