3) Reseña: "Fascismo. Una advertencia" (por Jan Doxrud)

3) Reseña: Fascismo. Una advertencia. (por Jan Doxrud)

La gente piensa que mi libro es alarmante. ¡Ese es el objetivo! Quería situarlo en un contexto histórico. Mussolini y Hitler alcanzaron el poder a través de medios constitucionales y democráticos. Mi libro es una advertencia, y su mensaje es claro: pequeños pasos y cambios en la sociedad pueden conducir al fascismo.

(Madeleine Albright, Fascismo. Entrevista El Confidencial)

Artículos complementarios

Fascismo: ¿de qué estamos hablando? (por Jan Doxrud)

Regresemos al concepto de fascismo.  Albright comenta cómo abordó este concepto junto a sus estudiantes en la Universidad de Georgetown. Comenzaron a reunir algunas características del fascismo y surgieron varias: la mentalidad maniquea del “nosotros contra ellos”, el nacionalismo, autoritarismo, culto a la violencia y la hostilidad hacia la democracia. Pero surgían algunos temas como si acaso Stalin era o no un fascista o por qué razón el fascismo era (supuestamente) de derechas. Otras ideas surgidas es que el fascismo se encarna en un caudillo carismático (evangelista laico lo llama la autora) que apela a las emociones de las masas y al miedo de estas mismas, y que base de poder puede estar tanto en los ricos como en sectores populares. Hitler, por ejemplo, apeló tanto al pueblo como a los sectores más acomodados, apeló al antisemitismo, al nacionalismo, al anticomunismo, al antiliberalismo y al anticapitalismo. Comenta la autora:

“Así es como los tentáculos del fascismo se extienden en el seno de la democracia. A diferencia de la monarquía o de una dictadura militar impuesta desde arriba, el fascismo obtiene energía de los hombres y mujeres que están descontentos por una guerra perdida, un empleo, el recuerdo de una humillación o la idea de que su país está en declive. Cuanto más dolor haya en la base del resentimiento, más fácil le resultará a un dirigente fascista obtener seguidores, sea incentivándolos con una mejora futura o prometiendo la devolución de lo robado”.

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Otro punto importante es que el fascismo, como acertadamente advierte Albright, no debe ser confundido con una dictadura, tiranía o despotismo. El fascista, explica, tiende a identificarse en grado extremo con un grupo o una nación entera, y apela a cualquier medio para alcanzar el poder. Pero un punto de apoyo fundamental es la muchedumbre, tener el apoyo de las masas a la que denominará como “pueblo” (para separarla del “no pueblo”). El fascismo tampoco necesita ser totalitario pues, como comenta Albright, ni Mussolini ni Hitler lograron construir un Estado completamente totalitario (más aun en el caso de Mussolini quien acuñó el término de Estado totalitario). Así, el fascismo se nos presenta tal como lo expliqué en mi primer artículo: en un verdadero sincretismo de ideas que hace complejo poder definirlo e identificarlo con una ideología en particular, aunque sí presenta ciertos rasgos particulares.

Albright, haciendo eco del estudioso del fascismo y académico de la Universidad de Columbia, Robert Paxton, señala que – actualmente – en los programas de formación de asociaciones políticas de extrema derecha como AfD ( Alemania), Amanecer Dorado (Grecia) o el Frente Nacional (Francia) se vuelven tocar temas ya conocidos en el pasado: miedo a la decadencia y la descomposición, la afirmación de la identidad nacional y cultural y la necesidad de una mayor autoridad para resolver problemas. Esto puede traernos el recuerdo de las ideas planteadas por Oswald Spengler en las primeras décadas del siglo XX en “La Decadencia de Occidente” cuando anunciaba la profecía de la osbsolescencia de las constituciones para abrir paso al cesarismo, aquellos “césares inescrupulosos” para quienes el “volk” o pueblo sólo formaban parte del paisaje.

Amanecer Dorado

Amanecer Dorado

De hecho, hace décadas, el fascismo hizo aparición más allá de las fronteras italianas. Albright nos recuerda el caso de  “Sir” Oswald Mosley (1896-1980),  político quien llegó a ser miembro del parlamento y también fundador del British Union of Fascists (1932). No está de más decir que Mosley copió toda la parafernalia de Mussolini como los grupos de choques uniformados con camisas negras, así como también el saludo romano. Afortunadamente el fascismo británico no prosperó tras el espectáculo de dado por las camisas pardas hitlerianas. Otros casos más raros y menos conocidos fue el caso de India donde el Partido Hindú, en la segunda mitad de la década de 1930, saludaba el renacimiento de la cultura aria en Alemania. Ejemplo de esta cercanía fue Subash Chandra Bose (1897-1945), político nacionalista y luchador por la independencia de India pero, a diferencia de Gandhi, no creía en la “no-violencia” y vio en la Segunda Guerra Mundial la oportunidad de desembarazarse del Imperio Brítanico estrechando los vínculos con el nazismo, llegando a reunirse tanto con Adolf Hitler como con Heinrich Himmler.  El Mufti de Jerusalén y nacionalista árabe, Amin al-Husayni, también se reunió con Hitler puesto que tenía ciertos coincidencias sobre el tema de los judíos. Incluso en los Balcanes se formó una división musulmana de SS: La 13.ª División de Montaña SS Handschar

Incluso en Estados Unidos hubo un personaje que coqueteó directamente con el fascismo como fue el caso de  William Pelley (1890-1965) quien fundó la Legión de Plata de América (Silver Legion) en Carolina del Norte en 1933, caracetrizado por su anticomunismo y antisemitismo.  Su ideología se caracterizaba por su anti-comunismo, anti-semitismo, racismo, patriotismo extremista, así como también el aislacionismo. 

Oswald Mosley

Oswald Mosley

Subash Chandra Bose

Subash Chandra Bose

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En nuestros días estos grupos tienden a resurgir pero claro que…no bajo el nombre de “fascismo”. El hecho es que algunos tienden a ver en el resurgimiento del nacionalismo en Polonia, Hungría, Francia o Grecia, una cierta similitud con las ideas fascistas del miedo al “otro” y la amenaza del colapso de la cultura concebida como prístina e impoluta y que debe ser protegida de la contaminación por parte de elementos que le son ajenos. Este es un rechazo que no se limita a poner un alto al multiculturalismo y a aquellos inmigrantes que no desean integrarse, sino que rechaza a cualquier persona que sea percibida (por sus tradiciones, prácticas o apariencia externa) como no perteneciente a la cultura occidental (como si esta no fuese a su vez el resultado de la combinación de diversos elementos). Por ejemplo, en el Programa de Amanecer Dorado se puede apreciar el deseo de independencia nacional junto al retorno a un Estado “verdaderamente helénico”, la autarquía económica, el combate contra la corrupción política y la plutocracia financiera. En lo que respecta a la inmigración, estos tildan a los inmigrantes ilegales como un ejército invasor informal que descompone la estructura social   y atenta contra la identidad nacional.

En el  programa de AfD (Alemania)  se presenta como un problema  la reducción de lo que denominan como población ancestral, lo cual debe combatirse con una política nacional de población. La doble nacionalidad no es admitida e, incluso, los más extremos no aceptan que una persona sea alemana sólo por el hecho de que un “papel” lo diga. Esto forma parte de su rechazo de lo que critican como una irresponsable política migratoria que ha tenido como consecuencia de millones de personas que vienen a amenazar la cultura alemana. El asesino en masa noruego, Anders Breivik, también menciona en su manifiesto una serie de tópicos: contra el multiculturalismo, contra la islamización, contra las élites europeas, contra el y contra el marxismo cultural.

Jaroslaw Kaczynski

Jaroslaw Kaczynski

En Polonia,la figura de Jaroslaw Kaczynski, ex Primer Ministro y fundador del partido de gobierno PiS (Ley y Justicia) así como también hermano gemelo del fallecido presidente de Polonia Lech Kaczynski .Este político, descrito por Albright como un “hombre cerebral y severo, (…) que se relaciona mejora con sus gatos que con los ordenadores y multitudes” se caracteriza por un predicar un nacionalismo exluyente con un potente sello católico, con una postura antinmigración, antiislam y escéptico de las burocracias internacionales como es el caso de la Unión Europea. Kaczynski, hombre austero, posee un carisma y un séquito de fieles seguidores. Tan es así que en el 2018 la facultad de sociología de la Universidad de Varsovia comenzó a ofrecer un curso sobre la visión y pensamiento de Kaczynski.Las declaraciones públicas de Kaczynski han sido duras hacia los inmigrantes a los cuales ha acusado de traer enfermedades como la disentería, cólera y otros “parásitos”. Actualmente el PiS, si bien defiende la existencia y la pertenencia de Polonia en la Unión Europea, defiende un modelo federal que dé más autonomía a los Estados miembros. En materia económica, Kaczynski no es un adherente al capitalismo de libre mercado, mostrándose a favor de un modelo capitalista “social” en donde la sociedad e beneficie del  crecimiento económico de manera equitativa. Así, Kaczynski se mostró como un admirador de la obra del economista francés Thomas Piketty y recomendó a sus seguidores leer el “El Capital en el siglo XXI”. 

En Hungría, tenemos al Primer Ministro  Viktor Orbán (del Partido Fidesz) quien asecendió al poder en el 2010 (aunque ya había detentado el cargo entre (1998-2002). Sobre la figura de Orbán, comenta Albright:

“Mussolini era un camaleón ideológico, y lo mismo puede decirse de Orbán. Este afamado anticomunista fue en su adolescencia secretario de una organización juvenil comunista. Hoy es el defensor impenitente de la democracia iliberal, pero al comienzo de su carrera fue presidente de la Internacional Liberal, una federación de partidos consagrada a la promoción de la libre empresa y de la justicia social”.

Orbán ha declarado que los inmigrantes son veneno y que no son necesarios en su país. Añadía que el problema migratorio no era europeo, sino que era uno alemán. puesto que los inmigrantes no tenían previsto permanecer en Hungría, sino que llegar a otros estados como el alemán. Así, Orbán declaraba que todos quieren ir a Alemania y que su trabajo era registrar. En lo político, se ha mostrado partidario de lo que denomina como “democracia iliberal, siendo sus modelos de gobernanza Putin y Erdogan. ¿Qué vendría a ser este modelo “iliberal” de democracia? Albright explica que esta democracia se enfoca más en las hipotéticas necesidades de la comunidad antes que en los derechos inalienables de los individuos. A esto añade: “Es democrática porque respeta la voluntad de la mayoría; iliberal porque ignora las inquietudes de las minorías”.

Viktor Orbán

Viktor Orbán

En materia migratoria , Orbán se ha transformado en un ferviente nacionalista y, como explica Albright, para el Primer Ministro, la unidad de Hungría constituye una realidad dada por el linaje y no las fronteras. En palabras de la autora: “De manera que, según su concepción, una persona con antepasados magiares que viva en Serbia o Rumanía (…) sería en puridad más húngaro que un romaní o un turco nacidos y criados en territorio húngaro”. Orbán complementa su discurso nacionalista con los agravios históricos del pasado, apelando al Tratado de Trianon (1920) tras el final de Primera Guerra Mundial. De acuerdo a Albright, si bien sería exagerado afirmar que Orbán ha metido Hungría en el corsé fascista, sí sería correcto afirmar que está animando al país a “sentirse a gusto en la holgada camisa del ultranacionalismo”.

La recientemente fallecida académica y socióloga húngara (y superviviente del Holocausto), Agnes Keller (1929-2019),  en un artículo en el diario El País analizó el por qué Hungría se ha rendido a Orbán. Escribe Heller que algunos periodistas, sociólogos y politólogos han calificado la democracia iliberal de Orbán de “fascismo”, “autocracia”, “Estado mafioso”, de “nacionalsocialismo”. Pero la acdémica húngara cree pero que lo está sucediendo en Hungría constituye un fenómeno nuevo. Heller prefuere utilzar un término neutro para rotular lo que existe en Hungría: tiranía.  Para la Heller, solo las  democracias liberales, esto es, aquellas en donde existe una división de poderes, un sistema de controles y equilibrios, en donde se respetan y se practican las libertades civiles, pueden ser calificados de democracias, de mamera que la “democracia iliberal” no es democracia.

Tanto los modelos surgidos en Polonia como en Hungría han comenzado un proceso de erosión del Estado de Derecho. Como explica Albright, una de las primeras medidas del PiS polaco fue acabar con la independencia del Tribunal Constitucional. Posteriormente el Parlamento aprobó una normativa legal que permitía una mayor intervención estatal en la radio y televisión pública. También se llevó a cabo una putga dentro de la burocracia estatal así como también dentro de las Fuerzas Armadas. Por último s e puede mencionar la intervención del gobierno dentro del Consejo Nacional de la Judicatura, organismo encargado de nombrar a los jueces.

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En el caso de Orbán, la intervención lelgó incluso hasta el mundo del arte y la cultura. Así, el medio de prensa Magiar Idök criticó en el 2018 el que la ópera de Budapest presentar el muscial de Billy Elliott, puesto que propagaba la homsexualidad. El mismo medio criticó una exposición de Frida Kahlo por promover el comunismo con dinero público. El mismo periódico declaró que  todas las áreas de la vida cultural deben ser purgadas de aquellas personas que dan espacio a las ideas liberales, globales y cosmopolitas. En una entrevista al diario El Pais (2017) ante la pregunta sobre si Hungría era una democracia plena, Helelr se pregunta qué queremos decir con “democracia” y luego añade:

“Aquí en Hungría tenemos una dictadura, de Viktor Orbán, que ha sido elegido dos veces y puede serlo una tercera. No hay prensa libre, no hay equilibrio de poderes, no hay instituciones fuertes, pero tenemos elecciones. Por eso lo importante no es saber si es una democracia, sino de qué clase de sistema hablamos. Lo esencial es que exista el imperio de la ley, instituciones fuertes que garanticen las libertades. Es lo que llamo democracia liberal, y para mí es la única que puede ser descrita como un sistema de derechos pleno. Las demás están gobernadas por un partido, por un líder, que puede gobernar por la fuerza, como Erdogan, o sin la fuerza, como Orbán”.

Albright cataloga al fascismo como una doctrina de la ira y del miedo y, como tal, se debe estar alerta ante el más mínimo surgimiento de esta clase de retórica que no es privativa de una ideologia política en particular.Sin duda alguna han vuelto a surgir perfiles políticos con un discurso que nos recuerdan personajes y épocas pasadas, de manera que se hace necesario abandonar los extremismos ideológicos o, para ser más específico, las versiones extremistas de ideas que, en sí mismas, no tienen que ser necesariamente negativas como es el caso del  nacionalismo y el apego a una religión en particular.

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