Historia de Chile: de Arturo Alessandri a Carlos Ibáñez del Campo, 1920-1931 (por Jan Doxrud)
Como destaca Millar, existían algunas coincidencias entre los programas eran en materia educacional (instrucción primaria obligatoria), sociales (habitaciones obreras, previsión social, condiciones laborales) y económicas ( estabilización de la moneda por medio de la creación de un ente central regulador, así como el fomento y protección de la agricultura y minería). La campaña y competencia por los votos entre la Alianza Liberal (Alessandri) y la Unión Nacional (Barros Borgoño) hizo uso de la prensa, propaganda, viajes por el país, aglomeraciones y la antipropaganda. En relación con este último aspecto, la Unión Nacional lanzó una campaña de desprestigio de la figura de Alessandri y lo acusaban de demagogo, de tener un programa que exacerbaba el odio entre las regiones y Santiago, el odio de clases y de tener marcadas tendencias comunistas. Millar cita la siguiente inserción El Mercurio de Valparaíso:
“Aforismo de actualidad
Contra el charlatanismo de feria, la labor silenciosa y fecunda.
Contra la revolución que destruye, la evolución que edifica.
Contra la anarquía y la arbitrariedad, el orden y la justicia.
Contra Arturo Alessandri, maximalista, Luis Barros Borgoño republicano y demócrata”.
La campaña de Alessandri puso el énfasis en el afán renovador y democrático, así como una implacable crítica a la clase política y, en especial, a la oligarquía. Se hacía uso de una retórica clasista y confrontacional en donde la oligarquía era acusada de enriquecerse a costa de la miseria del pueblo. También se presentaba como defensor de los intereses de las provincias frente al centralismo de Santiago.
Interesante es destacar la postulación del candidato del Partido Obrero Socialista (futuro Partido Comunista), Luis Emilio Recabarren. Como explica Millar, en un comienzo al POS ( febrero - marzo de 1920) no le interesaba la elección presidencial puesto que sólo incumbía exclusivamente a la oligarquía nacional. El cambio en la percepción del POS respecto a la elección presidencial sería fruto de dos razones. La primera fue la detención de Recabarren por orden del Juez de Tocopilla por desacato al magistrado y supuestas calumnias. La segunda fue la candidatura de Alessandri. Como explica Millar, la nominación de Alessandri como candidato por la Alianza hizo temer a los socialistas por la unidad del movimiento obrero que controlaban. Recabarren fue finalmente nominado como candidato en la convención de Antofagasta. Millar cita un Manifiesto del POS sobre el alcance de la candidatura:
“No podían los Socialistas, constituidos en Partido de Clase, entregar sus fuerzas a ninguno de los candidatos electos: porque ninguno de los dos representa ni representarán en el poder un factor de renovación social y política, que pueda llevar a efecto una transformación social, de acuerdo con el programa y las doctrinas que desde la prensa, la tribuna y el libro ha sostenido el Partido Obrero Socialista”.
El desenlace final de la contienda electoral presidencial, donde la votación era indirecta, estuvo marcada por la polémica, puesto que los resultados oficiales mostraban una diferencia de 4 a 6 electores a favor de Alessandri. Finalmente se confirmó que Alessandri había obtenido 179 electores frente a 175 de Barros Borgoño. Por su parte, los resultados fueron un fracaso para el POS, puesto que fueron más bajos de lo que sus dirigentes pudieron haber proyectado. En las provincias de Santiago, Valparaíso, Concepción y Arauco no obtuvieron voto alguno. Solamente obtuvieron sufragios en Tarapacá y Antofagasta, aunque no encontró acogida en todos los departamentos de aquellas provincias, por ejemplo, en Tocopilla, región salitrera, no obtuvo votos. La Alianza no quería delegar el problema al Congreso Pleno, debido a que existía una estrecha mayoría de la Unión. Ahora bien, cabe señalar que la Constitución establecía que, en caso de que ningún candidato obtuviese una mayoría absoluta, entonces era facultad del Congreso Pleno decidir entre aquellos que hubiesen obtenido el mayor número de sufragios.
Fue el mismo Alessandri quien planteó la idea de someter la calificación de las elecciones a un Tribunal de Honor integrado por personas imparciales. El problema con la Unión y Barros Borgoño no giró tanto en torno a la figura del Tribuna de Honor sino que, más bien, sobre las atribuciones de éste. La Alianza quería que tal entidad examinara todos los puntos reclamados y que emitiera un fallo final a favor de uno de los candidatos, lo que significaba que el Congreso Pleno no ejercería su facultad de elegir. La Unión, en cambio, señalaba que el Tribuna debía limitarse a fallar las reclamaciones y el Congreso Pleno proclamaría al nuevo Presidente que obtenía mayoría absoluta de electores o a elegirlo en caso de que no se cumpliese lo anterior. Finalmente, tras la constitución del Tribunal y el examen de la elección, el 30 de septiembre emitió el fallo en donde asignó 177 electores a Alessandri y 176 a Barros Borgoño. Por medio de la revisión de los reclamos se iban borrando votos y, por ende, sumando al otro contendor lo cual habría llevado a ese resultado final.
El 6 de octubre el Congreso Pleno, aceptando la resolución del Tribunal de Honor, designó a Alessandri como Presidente de la República. El 23 de diciembre de 1920 a las 15.00 en el Salón de Honor del Congreso Nacional, Alessandri fue recibido por el Presidente saliente, Juan Luis Sanfuentes, y el presidente del Senado Luis Claro Solary le fue entregada la insignia suprema del mando. El Arzobispo Crescente Errázuriz quiso solemnizar el acto por medio de la celebración de un Te Deum lo cual generó cierta polémica sobre si Alessandri debía o no aceptar. Finalmente decidió asistir para posteriormente dirigirse desde la Catedral hacia La Moneda en carruaje.
Lamentablemente para Alessandri, una vez asumida la presidencia, se encontró entrampado en el juego político propio de la época y que se venía arrastrando desde hace años. Alessandri asumió la presidencia comprometiéndose a terminar con la política mezquina y obstruccionista del Parlamento y, junto a lo anterior, legislar en materia social, laboral así como llevar a cabo una reforma constitucional. Pero una vez en el poder, Alessandri fue víctima de las mismas prácticas que habían sufrido sus antecesores, específicamente por parte de la Unión Nacional en el Senado. Esto significó simplemente que el programa de Alessandri no pudo ser implementado.
El mismo Alessandri relata en sus memorias que se había propuesto poner fin al desastroso régimen de las rotativas ministeriales“que imposibilitaba la marcha regular del país, anarquizaba, desquiciaba y corrompía todos , los servicios públicos”. Así, Alessandri señalaba que, con grandes esfuerzos, había logrado prolongar su primer Ministerio por 8 meses. Pero como era habitual, se hizo uso de la interpelación, como el que realizó el senador Joaquín Echenique y al que se le unió el diputado Ramón Briones Luco y otros diputados de gobierno. La interpelación era por la supuesta ilegalidad de un decreto a favor del ferrocarril salitrero a la Noria. El tema terminó con un voto de censura del Senado hacia el Ministerio Aguirre Cerda-Matte-Gormaz, lo que significó la formación de un nuevo ministerio.
El punto era que los políticos de la época no estaban a la altura de los problemas que demandaban una solución urgente. Fue un suceso específico el que daría inicio a la intervención militar en la política nacional. Este suceso que colmó la paciencia de los opositores al Congreso fue el aumento de la dieta parlamentaria y la postergación de la legislación social propuesta por Alessandri,lo que se tradujo en que la relación entre el Congreso y el Presidente llegara a punto muerto. Como explican Simon Collier y William Sater, en diez extraordinarios días en septiembre de 1924, las Fuerzas Armadas lograron hacer, en primer lugar, tambalear la presidencia de Alessandri, para luego destruirla por completo y dar inicio un régimen militar y poner fin a la República Parlamentaria.
¿Por qué los militares? Resulta que los militares tenían un conocimiento directo del fenómeno conocido bajo el nombre de la “Cuestión Social”. Gran parte de los de los conscriptos eran trabajadores urbanos y campesinos (Ley de Servicio Militar Obligatorio de 1900), además eran los militares los que muchas veces tenían que contener los desórdenes urbanos que terminaban de manera muy violenta. Por último, parte de la oficialidad estaba perdiendo la paciencia con el obstruccionismo político a la legislación de materias sociales. Pero el tema era más complejo, puesto que existía una alta oficialidad enemiga de Alessandri y más cercana a la Unión Nacional. Ejemplo de esto fue el acercamiento entre políticos de la Unión Nacional y oficiales de alto rango, quienes terminar formando una sociedad secreta enemiga de Alessandri denominada “Tenacidad, Entusiasmo, Abnegación” (TEA). Por otra parte existía otra oficialidad que mantenía su distancia de los sectores oligárquicos y buscaban realizar cambios políticos, económicos y sociales de fondo en el país.