La turbulencia económica mundial de 1973 (por Jan Doxrud)

La turbulencia económica mundial de 1973 (por Jan Doxrud)

El año 1973 significó un cambio en las reglas del juego en materia económica y también un cambio de paradigma. Desde 1945 (y antes) había prevalecido un modelo económico basado, hasta cierto punto, en las ideas de John Maynard Keynes (1883-1946). Pero más que hablar de economías “keynesianas” quizás sea mejor hablar del nacimiento de economías mixtas, en donde coexistía el mercado y la propiedad privada junto al sector estatal y la propiedad estatal. Por lo demás, este modelo no tuvo que esperar las ideas de Keynes para ser implementados, pues recordemos que el programa económico del Presidente de EEUU Franklin D. Roosevelt, el “New Deal”, fue puesto en marcha en 1933 y la “Teoría general del empleo, el interés y el dinero” de Keynes fue publicada en 1936. Así, habían modelos capitalistas de distinta índole, desde aquellos sistemas en donde el peso del Estado era mayor, como fue el caso de la Unión Soviética y demás países del este de Europa y otros modelos capitalistas mixtos con fuertes Estados de bienestar como Suecia. El punto es que 1973 habría marcado el cambio de paradigma, desde el keynesianismo, caracterizado por un Estado activo e interventor en la economía por medio de la política fiscal hacia un modelo más liberal representado, principalmente, por la Escuela de Chicago o Monetarista, con Milton Friedman a la cabeza.

La explicación de la inestabilidad económica de 1973 son dos. Comencemos por la primera que fue el final del sistema de Bretton Woods (New Hampshire, EEUU), de manera que explicaré brevemente en qué consistió. Las medidas aplicadas por este sistema, que vio la luz en 1944 y, por ende, fuertemente marcada por la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) se caracterizó, en primer lugar, en promover la creación de organismos que estimularan la cooperación internacional. Ejemplo de esto, en lo diplomático, fue la creación de la Organización de las Naciones Unidas (1945). En materia monetaria internacional se creo el Fondo Monetario Internacional (1945). En el plano de la reconstrucción económica se creó el Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (BIRD) conocido como el Banco Mundial. Por último, en materia de comercio mundial se estableció el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio). En segundo lugar, además del aspecto cooperativo, en Bretton Woods se defendió la idea de aplicar políticas macroeconómicas discrecionales, tanto fiscales como monetarias. Las políticas discrecionales son aquellas que un gobierno toma de manera consciente y deliberada con el objetivo de alcanzar ciertos objetivos. Por ejemplo, en el plano fiscal puede intervenir por medio de la variación de los impuestos (tipos impositivos) o programas de obras públicas con el objetivo de reducir el desempleo.

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En lo que respecta a la política monetaria, es la intervención del Banco Central la entidad encargada de regular la cantidad de dinero en la economía para mantener la estabilidad de los precios. En tercer lugar en Bretton Woods se adoptó un sistema de tipos de cambio fijos, pero ajustables. Ahora bien, no se mantendría el antiguo patrón oro que fue la forma en que se organizó el sistema financiero internacional en el siglo XIX. El patrón oro significaba que la cantidad de dinero que podía emitir el sistema estaba limitada por la cantidad de reservas de oro. Así, cuando se descubrían nuevos yacimientos de oro, los precios tendían aumentar y cuando el oro escaseaba, los precios disminuían. En suma, cuando un banco emitía billetes, sabía que a partir de ese momento podía presentársele un cliente con alguno de esos billetes exigiendo al banco que se lo cambiara por la correspondiente cantidad de oro. Con Bretton Woods se estableció un patrón dólar, es decir, las diversas monedas no eran convertibles en oro, sino que fueron fijadas en relación al dólar, siendo esta última divisa convertible en oro:  USD 35 la onza.

Habiendo examinado brevemente qué fue el sistema creado en Bretton Woods, ahora debemos preguntarnos: ¿qué sucedió en el primer lustro de la década de 1970? En Presidente de EEUU, Richard Nixon (1969-10974), redujo en 1971 la paridad del dólar frente al oro, puesto que se le hacía imposible mantener la paridad anterior debido al déficit exterior y la falta de competitividad frente a países como Japón. Por lo demás, EEUU mantenía cuantiosos gastos durante la Guerra Fría y uno de los grandes agujeros que tenía era la guerra en Vietnam. Los creciente gastos militares se tradujo en un aumento de la inflación en EEUU y este exceso de gasto hizo imposible mantener la antigua paridad oro-dólar. Finalmente Nixon decidió terminar con la convertibilidad del dólar por oro y Estados Unidos sacó una enorme ventaja puesto que era el país que tenia el monopolio de la emisión de dólares. A esto hay que añadir que EEUU ya no estaría dentro de la “jaula de oro” de manera que, en teoría, podía emitir libremente dólares sin preocuparse por la cantidad de reservas de oro. En resumen, el dólar se había transformado en una moneda fiduciaria que no guardaba relación alguna con un metal precioso.

Poder adquisitivo del dólar

Poder adquisitivo del dólar

¿Qué consecuencia tuvo esta medida en otros países? Una primera reacción fue la de naciones como Reino Unido y Japón que siguieron el ejemplo de EEUU. Otros países de Europa como la República Federal Alemana y Francia optaron por crear una “serpiente monetaria” (antecedente directo del Sistema Monetario Europeo). Este sistema monetario tenía como “ancla” al marco alemán y los países miembros debían mantener la cotización de sus divisas dentro de unas bandas de fluctuación. El cambio de sistema monetario generó un clima de desconfianza, produjo una desestabilización de los mercados financieros y cambiaros, y además afectó a la estabilidad de los precios y las políticas fiscales aplicadas hasta ese entonces. Por ejemplo, tras la medida de Nixon de 1971, en EEUU se produjo una expansión monetaria sin precedentes y esta ruptura entre la creación de dinero y reservas de oro, se tradujo en una pérdida de poder adquisitivo o de compra del dólar.

Una segunda explicación que explica los turbulentos años de principios de la década de 1970 fue la crisis del petróleo. Tras 1950 el precio del barril se había estabilizado en torno a los 2 o 3 dólares el barril, pero esta situación cambió drásticamente en 1973, tras la guerra del Yom Kippur, una ofensiva de países musulmanes contra Israel que, finalmente, terminó con una victoria israelí. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), cartel creado en 1960, decidió tomar represalias contra Israel y sus aliados subiendo el precio del crudo. EEUU logró mantenerse inmune a los posibles efectos del “arma del petróleo” puesto que contaba con las reservas de petróleo en Texas, Oklahoma y Luisiana.

Pero sucedió que la producción había llegado a su tope y Arabia Saudita comenzó a adquirir mayor relevancia como productor a nivel mundial. A esto hay que añadir la pérdida de poder adquisitivo del dólar desde el fin del patrón oro-dólar, lo cual incomodó a los saudíes y demás países exportadores de petróleo, ya que el crudo se transaba en dólares. Por ende, cabe preguntarse si la crisis del petróleo fue una consecuencia (no causa) de una inflación preexistente. Como explica Derek H. Aldcroft, académico de historia económica en la Universidad de Leicester, el crecimiento combinado de la oferta monetaria nominal en 11 países industriales importantes casi dobló entre 1970 y 1972 (del 7,5% al 14%). Las tasas más altas se registraron y Japón.

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El hecho fue que seis estados del golfo aumentaron el precio del petróleo en un 75% de USD 3,01 el barril a USD 5,12 y en 1974 el precio aumentó a USD 11,90. El 15 de noviembre el precio del barril era de USD 16,80. Algo similar sucedió con el precio del oro, que alcanzó los USD 197,5 la onza. No es de extrañar que la política monetaria expansiva de la moneda fiduciaria se tradujera en una pérdida de valor en relación al oro.

Tal medida de los países exportadores de petróleo tuvo un fuerte impacto en sectores como el transporte, químico y energético. En diversos países hubo largas colas para obtener combustible, en Europa las personas pasaron del auto a utilizar caballos, se declararon feriados laborales, hubo días en que no se podía andar en vehículos motorizados, se establecieron velocidades máximas para economizar el uso del petróleo. Pero el problema no se reducía solamente a ese sector, puesto que la subida del precio del petróleo afectó a otros precios de bienes que utilizaban también esta materia prima.  El resultado fue la denominada inflación de costes (no de demanda) que se tradujo en una “estanflación”, esto es, una combinación de estancamiento económico e inflación, con el consecuente malestar social y la movilización de los sindicatos con el objetivo de obtener mejoras a su situación.

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En resumen, esta inflación de costes, que puede producirse por el aumento del precio de un input crucial –  como el petróleo  –, una catástrofe natural o el aumento de los salarios, tiene como consecuencia la disminución de la oferta agregada. Esta situación no se puede remediar con las clásicas políticas keynesianas como el estímulo de la demanda agregada, puesto que un aumento de la demanda agregado se traduciría en una nueva alza de los precios, puesto que el problema no era falta de demanda, sino que de reajustes a nivel microeconómico por parte del sector empresarial. El nuevo papel protagónico de países como Arabia Saudita dejó en evidencia otro problema del nuevos sistema monetario: una avalancha de dólares se dirigieron desde los países importadores a los exportadores de petróleo, por lo que la pregunta es ¿qué hacer con esos dólares? La respuesta es que había que darle salida a estos dólares, invirtiéndolos en EEUU, en empresas, bonos del Tesoro, en la banca, mercado de divisas, concesión de préstamos, etc.

Fue dentro de este nuevo escenario económico y geopolítico, que el monetarismo de la Escuela de Chicago comenzó a abrirse paso. Friedman colocaba el énfasis en la política monetaria y el control de la oferta monetaria como forma de mantener a raya la inflación. Como señaló Friedman en una conferencia en la Senate House de la Universidad de Londres (1970), la inflación es siempre y en todos lados un fenómeno monetario, es decir, es y puede ser producida por un aumento de la cantidad de dinero que la producción de bienes y servicios. Esto también ser traduce en una pérdida de poder adquisitivo, es decir, puede haber una ilusión (monetaria) de que los salarios nominales aumentan pero, a la larga, los salarios “reales” disminuyen. De esa manera, Friedman asignaba al Estado un rol menos preponderante del que se le había dado hasta ese entonces. Como advirtió en el aso chileno, Friedman señalaba que la inflación era responsabilidad del gobierno para poder así financiar sus déficit presupuestarios.

Milton Friedman

Milton Friedman

Gradualmente se fue imponiendo un nuevo paradigma o una nueva ortodoxia económica influenciada por el monetarismo aunque, cabe aclarar, que las economías siguieron siendo mixtas. Pero la tendencia comenzaba a dirigirse hacia una dirección opuesta al neomercantilismo, al nacionalismo y proteccionismo económico que caracterizó al modelo de Industrialización por sustitución de importaciones (ISI). Con el tiempo se aplicarían nuevas políticas tendientes a reducir las barreras arancelarias, privatizar empresas estatales, promoción del libre comercio y flujo de capitales y la desregulación del mercado financiero y laboral. Tal política sucedió en Chile hacia el año 1975 y después se generalizaría con el desplome del sistema comunista y el final de la Guerra Fría.

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