Lenin y el materialismo (por Jan Doxrud)
Las ideas de Engels continuaron operando, en marxistas posteriores como Lenin y Mao Tse-tung. El libro de Lenin titulado “Materialismo y Empirocriticismo” apareció en 1909, en plena revolución del pensamiento científico, gracias a los descubrimientos de Max Planck yAlbert Einstein. Lenin sigue las ideas de Engels en cuanto a que considera al mundo desde la lógica dialéctica, vale decir considerar las cosas y los conceptos en su encadenamiento, sus relaciones mutuas, su acción recíproca y la modificación que de ello resulta: su nacimiento, desarrollo y decadencia. Lenin describe la dialéctica como un conocimiento vivo, multilateral, con una infinita cantidad de matices de cada enfoque y aproximación a la realidad. En “Materialismo y Empirocriticismo” podemos apreciar importantes ideas de Lenin en materia gnoseológica, ontológica y metafísica. En su obra, aborda además una serie de autores.
Critica a Ernst Mach (1838-1916) y Richard Avenarius (1843-1896). Estos científico crearon la corriente denominada “empiriocriticismo”, el cual se centra en el análisis crítico de la sola experiencia prescindiendo de cualquier consideración metafísica, así como religiosa. Estos autores renovaron el positivismo admitiendo sólo como admisible aquellas declaraciones que pudiesen ser empíricamente corroboradas. Mach defendía la postura de que la investigación solo podía llevarse a cabo través de la observación, ya que era sólo a través de experimentos y las sensaciones como los fenómenos podían analizarse. Esto llevó a Mach a rechazar conceptos metafísicos, como por ejemplo el espacio absoluto, el tiempo, así como a prescindir de entidades tales como los átomos en la teoría física. Así tenemos que, de acuerdo a Mach, la única fuente del conocimiento es la experiencia, por lo que su ontología ( y gnoseología fenoménica) postulaba la existencia de un mundo que se componía exclusivamente de experiencias (fenómenos).
El filósofo de la ciencia Mario Bunge escribió que Lenin “ criticó con toda razón a Mach y a otros por haber revivido el idealismo subjetivo de Berkeley, el cual lamentablemente no intentó refutar”[1]. Al respecto escribió Lenin:
“Ningún subterfugio, ningún sofisma ( y tropezaremos aún con muchísimos) podrá ocultar el hecho claro e indiscutible de que la doctrina de E. Mach sobre las cosas como complejos de sensaciones es idealismo subjetivo, es simplemente rumiar el berkelismo. Si los cuerpos son “complejos de sensaciones”, como dice Mach, o “combinaciones de sensaciones”, como afirmaba Berkeley, de esto se deduce necesariamente que todo el mundo no es sino mi representación. Partiendo de tal premisa, no se puede deducir la existencia de más hombres que uno mismo: esto es solipsismo puro”[2].
Las ideas de Mach serían posteriormente desarrolladas por la Sociedad Ernst Mach, que fue el nombre original del Círculo de Viena. Lenin puso de relieve la oposición que opone Mach entre su filosofía, según la cual las cosas o cuerpos son complejos de sensaciones, y la del materialismo filosófico que defiende la idea de un mundo material independiente de nosotros. Es decir, Mach se opone a aquella teoría que defienden la postura de que las sensaciones vendrían a ser símbolos de las cosas (en términos kantianos noumenos o propiedades transfenoménicas). Mach, como buen fenomenista, sólo acepta la existencia de los fenómenos y no del noumeno kantiano (propiedades transfenoménicas como la longitud de onda). Ahora bien, Lenin precisa que Engels no señalaba que las sensaciones o las representaciones constituían “símbolos” de las cosas, ya que el materialismo consecuente debía poner “imágenes”, reproducciones o reflejos en lugar de símbolos. Más allá de estas precisiones, lo que estaba en juego acá era la pugna entre dos cosmovisiones: la idealista y la materialista. En palabras de Lenin:
“Pero ahora no se trata en absoluto, de tal o cual fórmula del materialismo, sino de la oposición del materialismo al idealismo, de la diferencia existente entre las dos pautas fundamentales en la filosofía. ¿Partir de las cosas para ir a la sensación y al pensamiento? ¿O bien del pensamiento y de la sensación para llegar a las cosas? Engels se mantiene en la primera pauta, es decir, en la materialista. La segunda, es decir, la idealista, es la que sigue Mach”[3].
Para Lenin, lo material es aquello que existe independiente de nuestras mentes. Para el revolucionario ruso, la materia constituía una categoría filosófica para designar la realidad objetiva dada al hombre en sus sensaciones, calcada, fotografiada y reflejada por nuestras sensaciones y existente independientemente de ellas . Esta es una disputa bastante antigua y que continúa hasta nuestros días, y que involucra una serie de campos: ontología, gnoseología, axiología, semántica, entre otras. Ahora bien, Lenin aún tenía un concepto de materia bastante limitado ya que lo identificaba con aquello que existía independiente de nosotros. Hoy en día el concepto de materia es más amplio, la cual incluye incluso el pensamiento, cosa que Lenin rechazaría completamente. No me extenderé más en estas disputas ontológicas y gnoseológicas y terminaré destacando lo que Lenin considera la frontera que separa al materialismo de la filosofía fenomenista de Mach. Con respecto a su propia doctrina, escrbe Lenin:
“…el materialismo, de completo acuerdo con las Ciencias Naturales, toma la materia por lo primeramente dado, y la conciencia, el pensamiento, la sensación por lo secundario, ya que en forma claramente manifiesta, la sensación está relacionada tan sólo con las formas superiores de la materia (materia orgánica), y “en los cimientos del edificio mismo de la materia” sólo puede suponerse la existencia de una facultad parecida a la sensación. Tal es la hipótesis, por ejemplo, del célebre naturalista alemán Ernesto Haeckel, del biólogo inglés Lloyd Morgan y de otros, sin hablar de la conjetura de Diderot que hemos citado antes.”[4]
En cuanto al idealismo de Mach, Lenin escribe:
“...se sitúa en un punto de vista opuesto, idealista, y lleva de golpe al absurdo, porque, primero, la sensación es tenida por lo primario, a pesar de que está relacionada tan sólo con determinados procesos que se operan en una materia organizada de cierta manera; y, en segundo lugar, porque su premisa fundamental, a saber: que los cuerpos son complejos de sensaciones, queda maltrecha frente al supuesto de que existen otros seres vivos y, en general, otros “complejos”, además del gran Yo dado”[5].
Podemos resumir entonces la postura de Lenin en los siguientes puntos que expone en su obra :
1) “Existen cosas independientemente de nuestra conciencia, independientemente de nuestra sensación, fuera de nosotros…
2) No existe, ni puede existir absolutamente, ninguna diferencia de principio entre el fenómeno y la cosa en sí. Existe simplemente diferencia entre lo que es conocido y lo que aún no es conocido. En cuanto a las invenciones filosóficas acerca de la existencia de límites especiales entre lo uno y lo otro, acerca de que la cosa en sí está situada en el “trasmundo” de los fenómenos (Kant), o que se puede y debe levantar una barrera filosófica entre nosotros y el problema del mundo ignoto aún en tal o cual aspecto, pero existente fuera de nosotros (Hume), todo eso son meras sandeces…”
3) En la teoría del conocimiento, como en todos los otros dominios de la ciencia, hay que razonar con dialéctica, o sea, no suponer jamás que nuestro conocimiento es acabado e inmutable, sino indagar de qué manera el conocimiento nace de la ignorancia, de qué manera el conocimiento incompleto e inexacto llega a ser más completo y más exacto”[6].
Hacia el final de su obra, Lenin señala que esta escuela filosófica liderada por Mach no es más que una escuela idealista reaccionaria y que “detrás del escolasticismo gnoseológico del empiriocriticismo no se puede menos de ver la lucha de los partidos en filosofía lucha que expresa, en última instancia, las tendencias y la ideología de las clases enemigas dentro de la sociedad moderna”[7].
[1] Mario Bunge, A la caza de la realidad. La controversia sobre el realismo (España: Editorial Gedisa, 2007), 98.
[2] V. I. Ulianiov, Obras, tomo IV (1973) Marxist Internet Archive, 2001(documento en línea: https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oe12/lenin-obrasescogidas04-12.pdf ), 14.
[3] Ibid.
[4] Ibid., 15.
[5] Ibid., 15.
[6] Ibid., 39.
[7] Ibid., 146-147.