1/13-Rusia: de la Revolución de Febrero de 1917 a la dictadura de Octubre
Las revoluciones posteriores a 1789 han planteado las cuestiones éticas más fundamentales: si es apropiado destruir instituciones construidas por ensayo y error a lo largo de siglos en aras de sistemas ideales; si tenemos derecho a sacrificar el bienestar y aun la vida de nuestra generación en aras de generaciones que todavía no han nacido, y si es posible remodelar al hombre hasta hacer de él un ser perfectamente virtuoso.
Richard Pipes. La Revolución Rusa.
En suma, en octubre no hubo una revolución y, menos aún, se instauró un gobierno popular o de la clase trabajadora. Lo que sucedió fue que el sistema represivo zarista fue sustituido por un régimen que ejerció el terror de una manera más eficiente y en donde la violencia se transformó en el método indispensable para exterminar al enemigo (de los bolcheviques) y mantener la existencia del régimen. La violencia no era un método temporal sino que era la condición necesaria para la subsistencia del comunismo. Esa era la opinión de Lenin y así lo dejó plasmado, por ejemplo, en “El Estado y la Revolución” basándose, a su vez, en los escritos de Marx y Engels. Así, a partir de octubre de 1918, los bolcheviques se lanzaron en un experimento de ingeniería social que tendría desastrosos resultados humanos y que comenzaron desde el mismo momento que asumieron el poder.
Pero no será esta serie de artículos donde abordaré el régimen bolchevique ni otros mitos arraigados como el que Stalin habría traicionado las ideas leninistas (como ya lo he abordado en otros artículos: el mito del “bueno de Lenin y Trotsky, y el malo de Stalin) Igualmente dejaré algunos de mis artículos relacionados con el tema, principalmente sobre la figura de Lenin y algunas de sus ideas centrales. Como ya he argumentado en otros artículos, tanto Marx como Engels, pasando por Lenin y Trotsky, hasta llegar a Stalin, son todos cómplices intelectuales y/o materiales de las atrocidades cometidas por los comunistas en el siglo XX
Pasando a la temática de la extensión temporal de la revolución en Rusia, Richard Pipes en su monumental obra “La revolución rusa”, explica que no existe un modo indiscutible de determinar la extensión temporal de esta revolución. De acuerdo al historiador, sí puede establecerse con certeza es que la revolución no comenzó con el derrumbe del zarismo en febrero-marzo de 1917, ni tampoco concluyó con la victoria bolchevique en la guerra civil tres años después. De acuerdo al historiador, el movimiento revolucionario en Rusia se había convertido en un elemento intrínseco de su historia, al menos, desde la década de 1860. La primera fase del proceso revolucionario había comenzado con la insurrección en 1905 en San Petersburgo para posteriormente reaparecer 12 años después en febrero de 1917 y que habría culminado con el golpe de Estado bolchevique en octubre de 1917.
Pero aquí no acaba el proceso, ya que los bolcheviques, tras sus primeros fracasos en materia económica, tuvieron que posponer la revolución puesto que el país necesitaba recuperarse. Así, Pipes señala que la revolución se reanudó en 1927-1928 y se consumó 10 años más tarde. Por último, el mismo autor agrega que la revolución sólo habría finalizado con la muerte de Stalin en 1953 “cuando sus sucesores impulsaron y llevaron a cabo, a trompicones, una suerte de contrarrevolución desde arriba, que en 1990 parece haber conducido a un rechazo de buena parte del legado revolucionario”. Más adelante añade Pipes:
“(…) como todos los procesos tan largos, la revolución tuvo su período culminante. A mi juicio, ese período fue el de los veinticinco años transcurridos entre febrero de 1899, con el estallido de los disturbios a gran escala en las universidades rusas, y la muerte de Lenin, acaecida en enero de 1924”.
Siguiendo con el tema de la temporalidad, el intelectual socialista Victor Serge (1890-1947), escribió en su libro “El año I de La Revolución Rusa” que ese “año I de la revolución proletaria” (la República de los Soviets) había comenzado el 7 de noviembre de 1917 ( el 25 de octubre, según el antiguo- calendario) y se había cerrado, “como es natural”, el 7 de noviembre de 1918, en el momento en que estalla la esperada revolución alemana. Peros sabemos que la revolución alemana resultó un fracaso y terminaría con el asesinato de figuras de la talla de Rosa Luxemburgo (1871-1919) y Karl Liebknecht (1871-1919).
Sumado a esto está la victoria del polaco Józef Piłsudski (1867-1935) en la guerra contra los bolcheviques sepultaría y pondría fin a la idea de Lenin de la revolución mundial. Así gracias a los polacos la revolución continuaría, pero dentro de las fronteras rusas (que ya habían disminuido tras el armisticio en Brest-Litovsk). Así, para Victor Serge la revolución alemana abría una segunda fase que fue la (fracasada) lucha internacional o de defensa de la “del hogar de la revolución internacional”. Esta segunda fase terminaría en los meses de noviembre-diciembre de 1920 con la derrota de Piotr Wrangel (1878-1928) en Crimea y con la paz con Polonia (tras la derrota bolchevique).
Continúa explicando Serge que 1921 se abría una tercera fase, que denominaba como la «reconstrucción económica», que se inició con la nueva política económica (NEP), la cual llegaría a su término en 1925-1926. Por último, Serge incluía una cuarta fase dentro de la revolución “proletaria”, que comenzaba en 1925-1926 con el término de la reconstrucción económica y el inicio de la industrialización. En palabras de Serge:
“De allí en adelante se hace necesario ampliar la producción, se impone alcanzar el nivel de la producción de los grandes países capitalistas . Todos los problemas aparecen planteados a la luz de un nuevo día. Estamos en la fase de «la industrialización»”.
Continuando con el tema temporal, Sheila Fitzpatrick señala que no existe un común acuerdo entre los estudiosos. De acuerdo a la historiadora no habría mayores problemas y desacuerdos en lo que respecto a sus inicios – febrero de 1917 – la cual forzó la abdicación de Nicolás II y el establecimiento de un poder dual: el Gobierno Provisional y el soviet de Petrogrado. Donde sí habrían desacuerdos es en relación con el final del proceso revolucionario ¿Acaso finalizó en octubre con al toma del poder por parte dr los bolcheviques? ¿Finalizó con la victoria bolchevique en la guerra civil en 1920? ¿Fue la Nueva Política Económica (NEP) parte del proceso revolucionario?
¿Habría que incluir el régimen de Stalin dentro del proceso revolucionario? ¿Fue Stalin un continuador de la obra ideológico de Lenin? ¿Acaso la revolución continuó durante toda la existencia del Estado soviético? En nombre de la revolución los bolcheviques exterminaron a la familia Romanov, se firmó la paz con Alemania, se instauró una dictadura, se purgaron elementos indeseados, se cometieron asesinatos en masa y genocidio, y también se industrializó y modernizó el país. ¿Eran todos los anteriores objetivos de la revolución? ¿Era la dictadura el desenlance final inexorable del proceso revolucionario?
Rosa Luxemburgo denunció este error dentro de la concepción “leninista-trotskista”. Tal error consistía en contraponer democracia y dictadura. Mientras Karl Kautky y los socialdemócratas optaron por la indeseable “democracia burgués”, Rosa Luxemburgo argumentaba que Lenin y Trotsky habían optado por la dictadura de un puñado de personas. Así para la teórica marxista en Rusia no había habido una genuina revolución socialista puesto que la dictadura había sustituido a la democracia, claro que, a una democracia “socialista”. De acuerdo a Luxemburgo. En palabra de la marxista polaca:
“La democracia socialista comienza junto con la demolición del dominio de clase y la construcción del socialismo, comienza en el momento mismo de la toma del poder por el partido socialista; no es otra cosa que la dictadura del proletariado”.
Así, la misión histórica del proletariado, una vez que tuviese las riendas del poder era “crear en lugar de una democracia burguesa una democracia socialista y no abolir toda democracia”.
En su libro, Fitzpatrick explica que la extensión de la revolución rusa abarca desde febrero de 1917 hasta las purgas de Stalin en los años 1937-1938. Así, la autora afirma que esta revolución fue una que se extendió a lo largo de un período de 20 años con una serie de etapas que constituyen “episodios discretos” a saber:
-Revolución de febrero y octubre de 1917
-Guerra Civil
-Interludio de la NEP
-La revolución desde arriba por parte de Stalin
-Secuencia “termidoriana”
-Las grandes purgas
Tras estos 20 años, afirma la historiadora, el país estaba agotado,es decir, las“energías revolucionarias” habían mermado, de manera que se abogó por una suerte de retorno a la “normalidad”. Añade que, si bien la II Guerra Mundial (1939-1945) aportó nuevos trastornos, no aportó más revolución.
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