15) Oskar Lange: El debate en torno al cálculo económico y la planificación central (por Jan Doxrud)
Lo anteriormente señalado no era mera ciencia ficción y menos para el caso chileno, específicamente durante el gobierno de Salvador Allende (1970-1973) y el “Proyecto Synco”. Terminemos con Lange con este breve proyecto que nunca se llegó a concretar en Chile. El “socialismo cibernético” fue un proyecto teórico que se elaboró en Chile, durante el gobierno de la Unidad Popular. Estos intentos de fundamentar el socialismo sobre presuntas bases científicas, modelos matemáticos complejos o haciendo uso de las nuevas tecnologías y descubrimientos en materia computacional, fueron los que inspiraron a un grupo de ingenieros e intelectuales en Chile.
Eden Medina, académica sobre temas de informática y computación, realizó una investigación del proyecto Synco del gobierno de Salvador Allende, que consistió en un proyecto tecnológico de un grupo de ingenieros chilenos ,entre los cuales se encontraba Fernando Flores y extranjeros provenientes del Reino Unidos, donde se destacó principalmente la figura de Stafford Beer (1926-2002).
Stafford Beer, de orientación política socialista (no marxista), había presentado en Washington su idea de la “Máquina de la libertad” que era una suerte de sustituto de aquella “pesada máquina” que representaba el Gobierno el cual, nunca podría planificar eficientemente la economía de un país. La máquina que proponía Beer vendría a poner fin a la desorganización estatal. Como explica Eden Medina:
“La Máquina de la Libertad modelaba un sistema sociotécnico que funcionaba como una red dispersada y no como una jerarquía; las acciones encontraban su fundamento en la información y no en la autoridad. Funcionaba casi en tiempo real a fin de que las decisiones se tomaran casi instantáneamente y se eliminaran los protocolos burocráticos”[1].
Incluso Beer describía como sería físicamente esta máquina donde habrían salas de operaciones que recibirían la información en tiempo real, donde habrían encargados responsables que destilarían el contenido de la información por medio de ordenadores, producirían simulaciones con la información obtenida, así como hipótesis de los comportamientos del sistema en el futuro. Otra idea desarrollada por Beer es le “Modelo de Sistema Viable” caracterizado como un sistema que formaba una unidad, de carácter integral y que ofrecía una estructura de gerencia para la regulación de los sistema extremadamente complejos. Este sistema también diseñaría maneras para estimular las comunicaciones verticales y horizontales. De acuerdo a Medina este ofrecía “un punto medio entre el control centralizado y el control descentralizado que evitaba tanto la tiranía autoritaria como el caos de la libertad total”[2].
Ahora bien, la tecnología de Beer tendrían que ser diseñada de acuerdo a la “vía chilena al socialismo”, por lo que quedaría descartada la planificación central para dar cabida a los trabajadores en la participación de los procesos de gerencia. Beer tenían también otro proyecto en mente denominado “Cyberfolk” por medio del cual pretendía construir “una nueva forma de comunicación en tiempo real que permitiera que el pueblo comunicara sus sentimientos directamente al gobierno”[3]. Beer utilizó el concepto de “algedónico” (=placer/dolor) para describir una señal de dolor o placer. El sistema consistía en que habría un medidor algedónico por medio del cual las personas podrían expresar su satisfacción o insatisfacción.
Detrás de este proyecto tecnológico había una intención de diseñar e implantar gradualmente un sistema socialista en Chile. Como explica Medina, uno de los objetivos centrales de la Corporación para el Fomento de la producción (CORFO) fue la producción industrial de bienes para el consumo masivo de la población. Desde el diseño y construcción de un auto popular (Citröen Yagán) hasta la producción de televisores de consumo popular (televisor Antú), el gobierno buscó profundizar un modelo económico que se venía gestando desde principios del siglo XX, esto es, el modelo estatista-nacional-desarrollista, el Estado del bienestar y el modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI). En palabras de Medina:
“Además de incentivar la producción de bienes duraderos y de bajo costo para el consumo popular, dentro de los objetivos tecnológicos de la UP se contaban la reducción de los gastos en tecnologías importadas y patentes extranjeras; el uso de la ciencia y la tecnología para satisfacer las necesidades biológicas y sociales específicas de los chilenos ; la producción de una mayor cantidad de bienes de capital y de consumo dentro del país, y la mejora de la educación y la difusión de los conocimientos técnicos en universidades, industrias e instituciones de investigación de Chile”[4].
El proyecto Synco no tuvo éxito ya que se vio interrumpido en 1973 por los acontecimientos que ya todos conocemos. De acuerdo a Medina, el ejército detuvo y destruyó por completo el proyecto, ya sea porque no lo comprendió o porque la visión antijerárquica de Beer entraba en conflicto con la rigidez jerárquica militar. A esto añade que las políticas económicas adoptadas posteriormente por los Chicago Boys habrían entrado en conflicto con un sistema tecnológico, como el de Beer, que pretendía ayudar al Estado a regular una economía nacionalizada y a elevar la producción sin que aumentase el empleo.
También tuvo una cuota de culpa el escenario geopolítico y la oposición norteamericana al gobierno de Allende. De esa manera, con la desaparición del socialismo a la chilena, desapareció también el proyecto de un socialismo cibernético. El proyecto SYNCO ,como afirmó Beer, era un instrumento de la revolución, y como explica Medina, para Beer
“la revolución no sólo tenía que ver con nacionalizar las industrias o aumentar el bienestar público; también se trataba de modificar la organización de la sociedad en sí misma,partiendo por las instituciones gubernamentales. Para que el cambio revolucionario tuviera éxito, la cibernética, esta ciencia de la organización efectiva, podía ser tan poderosa como cualquier arma”[5].
Pero como se percatará el lector, el problema de la planificación central no se resuelve con la computación, puesto que un sistema complejo como lo es una sociedad, no puede ser captado, controlado ni cuantificado por la computadora. No importa si se trata de genios matemáticos o supercomputadoras,la tarea siempre será titánica cuando se trata de planificar un sistema económico.
[1] Eden Medina, Revolucionarios cibernéticos: Tecnología y política en el Chile de Salvador Allende (Chile: LOM ediciones, 2013), 69-70.
[2] Ibid., 73.
[3] Ibid., 149.
[4] Eden Medina, Revolucionarios cibernéticos. Tecnología y política en el Chile de Salvador Allende (Chile: Lom Ediciones, 2013), 175-176.
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(I) ¿Por qué el socialismo nunca funcionará? El problema del cálculo económico (por Jan Doxrud)
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[5] Ibid., 289-290.