“La lengua nos sitúa en el mundo, ordena nuestra vida y nos modela psicológicamente. No nos enemista pero sí nos diferencia de quienes usan otros códigos y vocablos para expresarse. Pero esa relación entre comunidades de idiomas diferentes no es rígida sino fluida, hecha, sobre todo en la realidad cada vez más interconectada de nuestro tiempo, de continuos intercambios”
Mario Vargas Llosa. V Congreso Internacional de la Academia de la Lengua Española. Valparaiso, Chile (2010)
6-Hablemos del Lenguaje. La palabra frente a los desconocido (por Jan Doxrud)
Umberto Eco, en su “Kant y el ornitorrinco” se refirió al tema sobre cómo el ser humano se enfrentaba a los novedoso y desconocido.Eco explicaba que, ante los fenómenos desconocidos, el ser humano reaccionaba por aproximación y daba sentido al fenómeno nuevo recurriendo a los conocimientos previos y en nuestra enciclopedia mental. El primer ejemplo que proporciona es el del Marco Polo (1254 - 324). Se preguntaba Eco qué fue lo que vio Marco Polo cuando se enfrentó por primera vez a una nueva clase de animal: el rinoceronte. A pesar de que este animal nunca había sido visto por Marco Polo, este último reaccionó empleando la analogía. En este caso específico el explorador por analogía con otros animales “conocidos” realizó un recorte del animal “nuevo” en cuestión, vale decir , distinguió (al menos) 3 elementos que ya conocía: cuatro patas, cuerno y el cuerpo. Paso seguido, Eco señala que, como la cultura de aquella época ponía a Marco Polo la noción de “unicornio” para describir a aquella clase de animal (cuadrúpedo con un cuerno en el hocico), entonces Marco Polo designó a esos animales como unicornio, aunque el explorador reconoce que no se asemejaban a aquellos animales blancos y esbeltos concebidos por el imaginario europeo de la época. El punto, como destaca Eco, es que Marco Polo al enfrentarse a este animal desconocido y nunca antes visto, optó no por crear un nuevo concepto y añadir un nuevo animal al reino de lo vivientes sino que, más bien, decidió corregir una descripción vigente de los unicornios.
Un segundo ejemplo que da Eco es lo que los colonos australianos “vieron” cuando se enfrentaron por primera vez a un extraño animal que escapaba a toda clasificación: el ornitorrinco. Pone huevos, amamanta a sus rías, es capaz de sumergirse bajo el agua para cazar, tiene cola de castor y pico de pato. No sabemos que hubiese dicho Marco Polo si hubiese llegado a Australia y viese un ornitorrinco, pero seguramente no habría sabido si este animal era un pato, castor, pez, animal marino, etc. En el caso de los colonos australiano, llamaron “watermole” o topo de agua al ornitorrinco, pero los tipos no tienen pico, de manera que era una palabra errónea para designar a este animal que se encontraba fuera del molde mental de los seres humanos.
Otros ejemplos similares sería el caso de las primeras impresiones de los indígenas americanos frente al conquistador español, frente al funcionamiento de las armas de fuego que mataban a distancia sin que se viese, a diferencia de una flecha, qué era ese “algo” que producía la muerte de la persona. ¿Cómo percibieron las enormes carabelas que se desplazaban por el océano? ¿Cómo procesarían mentalmente los miembros de la aislada tribu centinel el despegue de un avión? Quizás podrían relacionarlo con un “ave gigante”, pero ¿cómo reaccionarían al ver que ese ave grande carga en su interior a cientos de persona? Ciertamente estas comunidades tendrían que revolucionar su lenguaje para poder hacer frente a estas realidades nuevas y que no conocen (como es el caso de los centinel)
En el caso de los indígenas americanos, relata Francisco Maldonado de Guevara que estos percibían a las carabelas como monstruos que iban aumentando de tamaño, unos enormes edificios que venían de aquella línea en donde terminaba el plano terrestre, es decir, el horizontes
Los españoles, continúa relatando, eran percibidos como seres extraños, de piel pálida como los muertos. No los veían como indios, de manera que no cabían dentro de su categoría de seres humanos. Estos llevaban tatuados diversos colores - haciendo referencia a los vestidos - y que sus rostros estaban sembrados de algodón y que sabían manejar el relámpago y el fuego. Añadía Maldonado de Guevara que el lenguaje de los españoles era ininteligible y hacían signos misteriosos con una vara brillante (la espada)
En miles de años de historia humana han surgido y desaparecido tradiciones orales y escritas y, junto a estas también han aparecido y desaparecido palabras que diversas culturas y civilizaciones utilizaban en el pasado. Somos testigos de la creación de neologismoso palabras nuevas para dar cuenta de nuevos fenómenos y objetos. Por ejemplo tenemos conceptos como realidad virtual o genocidio, que responden a sucesos y cambios acontecidos en los siglos XX y XXI. Estos dos conceptos responden a dos preguntas ¿cómo designamos a aquella realidad generada por computadores? ¿Cómo rotulamos a aquella matanza sistemática y organizada por motivos de carácter étnico como el perpetrado por el nazismo? (Raphael Lemkin fue quien creó el neologismo que es de uso común: genocidio). Así, tenemos que el lenguaje es flexible y puede suceder que algunas palabras puedan quedar en desuso, como por ejemplo, el concepto de “raza”aplicado a la humanidad, y otras que pueden ir mutando en el tiempo, incluso hasta volverse irreconocibles por su carácter difuso.
En fin, estamos insertos en un mundo en donde el lenguaje resulta ser crucial. Sería imposible proponernos un día no nombrar absolutamente nada del mundo externo así como de nuestro mundo interno. Me aventuro a pensar que ni siquiera las tradiciones meditativas, que buscan purgar lo divino de los distintos rótulos lingüísticos han conseguido esto (algunos han tomado el camino de la teología negativa a apofática, esto es, decir lo que Dios o lo divino “no es”) Es imposible no hablar y no utilizar el lenguaje, ya sea interna o externamente. Piense el lector un momento la importancia que tiene el lenguaje para usted en su vida diaria. Por ejemplo por medio del lenguaje me comunico con las demás personas, expreso emociones y sentimientos, reflexiono sobre mi mismo (de manera que puedo perfeccionarme como persona), aprendo disciplinas, puedo ayudar a otras personas, etc.
Giovanni Sartori señalaba que todo loque sabemos está mediatizado por el lenguaje, específicamente, por el lenguaje a través del cual lo conocemos. Para Sartori el lenguaje es el instrumento sine qua non del saber, de manera que quien busca el saber debe saber controlar el instrumento. Así, el politólogo italiano afirmaba que un lenguaje equivocado podía generar un pensar equivocado, de manera que todo lo que provenga de ese pensamiento estará viciado de raíz. Por ejemplo, Hitler tenía un concepto de raza y, específicamente, de los judíos, a los cuales los sumergió bajo un estereotipo grotesco en donde el judío podía, a la vez, simbolizar el comunismo bolchevique y al avaro y codicioso capitalista.
El punto es que las masacres del nacionalsocialismo se basó, en última instancia, en una “idea” y a una manera de pensar sobre los seres humanos (divididos en razas superiores e inferiores), en este caso sobre los judíos: del estereotipo se dio un paso gradual, aunque rápido, hacia el genocidio. El comunismo por su parte, guiado por un amplio y articulado sistema de pensamiento, también sacrificó todos aquellos elementos del mundo real que obstaculizaran o directamente se opusieran a su sistema de pensamiento.
Volviendo a Sartori, es necesario precisar que si un lenguaje equivocado genera un pensar equivocado es porque también este lenguaje fue precedido por un pensar equivocado, de manera que el pensamiento y el lenguaje se retroalimentan. En suma, utilizamos mal ciertos conceptos porque no hemos reflexionado sobre estos. Una persona tiene un concepto de “A” cuando es capaz de distinguir “A” de todo lo que no es “A”. Pero pareciera que hoy A puede ser No-A.