(III) Aventurándonos en el mundo H+ : ¿Qué es el Transhumanismo? (por Jan Doxrud)
Parte 3: ¿Hacia donde nos lleva H+?
Ahora bien, ¿cuáles serían las consecuencias de esta verdadera “ruptura antropológica” que anuncian los transhumanistas? Un primer temor son los límites de la intervención genética y la aplicación de tecnologías en el cuerpo de seres humanos y para qué hablar del uso de nuevas drogas que alteran nuestra manera de ser, nuestra propia personalidad. ¿Acaso el uso de nuevas drogas terminarían por crear una nueva clase de autómatas carentes de emociones y sentimientos? Además el transhumanismo amenazaría con poner fin a la especie humana y fomentar la discriminación o incluso amenaza con la extinción de cualquier ser humano con algún tipo de discapacidad física o cognitiva. En un mundo transhumano los nuevos seres deben ser perfectos de manera que podríamos pensar que personas con discapacidades físicas o con síndrome de down serían discriminadas ( o quizás en tal mundo ya ni siquiera existirían). Junto con la abolición de lo humano o la naturaleza humana, se borraría también de un plumazo el género y la etnia y, junto a esto, las relaciones amorosas y sexuales tradicionales, así como las medios de reproducción (¿será el sexo considerado, en algún futuro lejano, como una forma primitiva de procreación, lo mismo que el proceso del parto por parte de la mujer?).
El Doctor en Inteligencia Artificial, David Leavy, en su libro “”Amor y sexo con robots” afirmó, nada más y nada menos, ¡que para el año 2050 comenzaremos a casarnos legalmente con robots! Esto se explicaría por la simple razón de que los robots serán cada vez más similares a los seres humanos…y serían menos problemáticos que estos. Tales robots ya están operando como aquel denominado “kismet” que es capaz de expresar emociones. Tales estudios y trabajos son realizados por el equipo de Cynthia Breazeal, directora del “Personal Robots Group” del Media Lab del MIT. También tenemos el caso del robot humanoide “Geminoid” (que significa “forma de gemelo”) creado Hiroshi Ishiguro o el de Henrik Schärfe. ¿Acaso en el futuro también hablaremos de relaciones transhumanas y posthumanas?
Para aquellos que van más allá y plantean que “la mente” es un software que puede ser “descargado” (como en la película Transcendence) en cualquier “base material” más allá del cerebro, tendríamos como consecuencia que el cuerpo humano dejaría de ser relevante dentro de esta especie y seríamos una suerte de seres que se definen literalmente como pensamiento puro, lo que implica una ontología dualista que divide el mundo en materia y mente, y en donde cada uno de estos pueden operar de manera independiente. Por lo demás, si pudiésemos ser literalmente inmortales descargando nuestra mente en nuevos “hardwares”, entonces se desmoronaría junto a esto el concepto de niño, joven, adulto y viejo, incluso el concepto de familia no tendría sentido. Las relaciones interpersonales cambiarían, incluso no tendríamos necesidad de alimentarnos ya que podemos prescindir de nuestros cuerpos. Así estaríamos frente a una antropología y ontología dualista radical discutida desde hace siglos por la filosofía: e l dualismo mente / cuerpo o espíritu/materia. En el presente caso el dualismo consistiría en plantear la existencia de una brecha entre la mente (software) y el cuerpo (hardware) de manera que el ser humano prácticamente se independizaría de su base material-biológica o de su corporeidad.
No es, por ende, sorpresivo esperar una oposición frente a esta ideología, oposición que algunos transhumanistas califican como los “bioconservadores” o “bioludditas”. Infovaticana ha esgrimido varias críticas hacia lo que considera una ideología (transhumanista) que expulsa a Dios y amenaza al ser humano. La considera como una ideología antihumanista que sustituye el fe en Dios por una fe ciega en el progreso, en la tecnología y la ciencia. Además critica al transhumanismo por ser una ideología materialista, puesto que reduce al ser humano a pura materia “a factum físico, genético o neuronal, el cual se puede gestionar como un mecano, y para la que la especie humana no es más que un animal más evolucionado que los demás”. En el mismo artículo podemos leer:
“Manipular a los hombres y mujeres hasta el extremo que persiguen los transhumanistas debe hacernos pensar, por ejemplo, si los humanos transformados no se sentirán alienados al saberse fruto de un proceso ajeno y manipulador. ¿Seguirá esa persona modificada pensando en el futuro que aquella “mejora” de su cuerpo y de su mente fue acertada? ¿Por qué decidió otro por mí? En el hipotético caso de que se llegase a construir cyborgs (posthumanos), convendría reflexionarse en lo qué harían con nosotros, o nuestros descendientes. En el filme Ex Machina el cyborg acaba asesinado a su creador”.
También connotados intelectuales como Jürgen Habermas toma distancia de los tecnófilos y entusiastas de la biotecnología. Habermas denuncia lo que denomina como “eugenesia liberal” la cual no reconoce una frontera entre la intervención terapéutica y la intervención perfeccionadora. Los individuos son los encargados de decidir libremente en el mercado los que eligen los objetivos de las modificaciones que se quieren realizar.
Tenemos, pues, un (supuesto) futuro escenario en el cual se crearía una suerte de “superhombre” fruto de la fusión de la tecnología y el ser humano, algo que Ray Kurzweil denomina como “singularidad”. Los seres humanos serían sustituidos por organismos cibernéticos o cyborgs. De acuerdo a Kurzweil nuestro cerebro será capaz de expandirse hacia ámbitos no biológicos, es decir, podremos estar conectados a la nube y a Internet. A diferencia de lo que suele pensarse, para Kurzweil los cyborgs no serán máquinas frías carentes de emociones sino que, todo lo contrario, seremos más humanos que los humanos actuales. La idea nanobots circulando en nuestro cerebro no es sólo una idea fantasiosa de Kurzweil sino que también del fundador del MIT Media Lab, Nicholas Negroponte. De acuerdo a Negroponte el implante de nonatos (conectados a la web) en nuestro cerebro revolucionará radicalmente nuestra manera de aprender, potenciar nuestra creatividad y memoria. Más polémica es aún la idea de una supuesta inmortalidad por medio de nanobots que podrán curarnos de diversas enfermedades y abastecernos de nutrientes sanos que no atenten contra nuestra salud.
Pero más radical resulta ser la idea señalada anteriormente, esto es, la de “seres humanos-software” que podrán navegar en la web y podrán corporizarse en distintos medios materiales. Si aceptásemos siquiera la posibilidad de esto, ¿podríamos imaginar las repercusiones religiosas de semejante logro y en conceptos tales como Dios, inmortalidad, trascendencia y la muerte? ¿Cómo sería una sociedad donde la muerte prácticamente ha desaparecido como un horizonte hacia cual nos dirigimos de manera inevitable? Por lo demás, ¿cómo nos experimentaríamos in un cuerpo? Como señala Jürgen Habermas, el cuerpo es nuestra “casa” o medio en el cual se encarna la existencia personal, así como el sentido de orientación del centro y la periferia. Añade Habermas que, para que una persona se identifique con su cuerpo, este tiene que experimentarse como algo natural, esto es, como una continuación de la vida orgánica. Todo esto se perdería si se pudiese vivir más allá del cuerpo, en otros medios materiales.
Otro autor que se ha rebelado contra la naturaleza es Aubrey de Grey, específicamente, este gerontólogo biomédico de la Universidad de Cambridge ha centrado sus esfuerzos en combatir la vejez. Es uno de los fundadores del “Strategies for Engineered Negligible Senescence Research Foundation”. Ahora bien, de Grey no habla de “inmortalidad” ya que es un término del ámbito religioso. De lo que él habla es de poner fin al envejecimiento. Se trata pues, de acuerdo a de Grey, de extender una vida sana y no extender la fragilidad de la vejez. En palabras del científico:
“El envejecimiento es un fenómeno biológico que causa el debilitamiento y la muerte. No se puede curar, pero yo propongo tener control sobre el proceso, como el que podemos tener con la tuberculosis, por ejemplo. La podemos sobrellevar sin que mate a la gente. Pero yo no aspiro simplemente a detener el progreso de la vejez, sino a revertirlo; llevar a alguna persona de un estado de sufrimiento avanzado a un estado donde ya no padezca”.
Podríamos imaginarnos las repercusiones que esto tendría de concretarse en algún momento de la historia humana: mercado laboral, pensiones y la desestructuración de la composición familiar.
Palabras finales
El Transhumanismo parece estar en la frontera entre la ciencia y la ciencia ficción, entre la realidad y una filosofía fantasiosa utópica - tecnológica. No constituye un movimiento monolítico y no todos los que se adhieren a alguna de las ideas del transhumanismo se autoproclaman como transhumanistas. Pero sin lugar a dudas las ideas que muchos de sus adherentes proponen y defienden deben ser escuchadas y tomadas en serio, puesto que tienen implicancias ontológicas y éticas que ni siquiera alcanzamos a imaginar. Como movimiento cultural, filosófico y científico, el transhumanismo dará mucho que hablar en el futuro. En lo que respecta a la posibilidad de abrir un mundo habitados por transhumanos o incluso posthumanos (que ya no guardan relación alguna con los antiguos humanos), es materia de discusión. Por ejemplo, desde un punto de vista filosófico, por ejemplo desde una óptica aristotélica o incluso aristotélico-tomista, se podría señalar que la “naturaleza humana” nunca desaparecerá, puesto que todos los cambios que sucedan a lo largo de los años serán meros cambios “accidentales”, esto es, cambios que no modificarán sustancialmente la esencia de la humanidad, al igual que un árbol n o dejará de serlo sólo por el hecho de perder sus hojas en otoño.
Uno puede preguntarse si será verosímil la sentencia del pensador alemán Peter Sloterdijk. El filósofo señaló en 1999 en Alemania que el humanismo, que ha predominado en el pensamiento occidental, ha llegado a su fin al no haber podido domesticar las pasiones humanas, de manera que esta tarea disciplinadora debía pasar manos de la biotecnología. Otros seguirán depositando su confianza en la razón, la religión o en una educación humanista secular.
LECTURAS RECOMENDADAS:
Artículos complementarios
1) El debate en torno a la naturaleza humana (por Jan Doxrud)
2) El debate en torno a la naturaleza humana (por Jan Doxrud)