(IV) El Manifiesto Comunista: El proletariado (por Jan Doxrud)
Los proletarios son los obreros modernos que no tienen otra cosa que ofrecer (puesto que no son dueños de los medios de producción) más que su fuerza de trabajo. Viven en la medida de que puedan encontrar trabajo y lo encuentran únicamente mientras su trabajo acrecienta el capital. Marx señala que los trabajadores son una mercancía debido a que están obligados a venderse y, como cualquier otra mercancía, está sujeta a las viscicitudes de la competencia y fluctuaciones del mercado. Marx parece aquí considerar que los salario se definen únicamente en relación con la oferta y la demanda. Pero, por otra parte, Marx parece sumarse a la teoría de los salarios de subsistencia de David Ricardo, quien establece la existencia de un límite por debajo del cual los salarios no podían bajar sin reducir la oferta de trabajo a largo plazo.
Más adelante escribe que el obrero se reduce poco más o menos a los medios de subsistencia indispensable para vivir y para perpetuar su linaje. El obrero es un apéndice de la máquina, el empleo de estas y la división del trabajo arrebatan al trabajo del obrero su carácter propio. El desarrollo de la industria moderna significa el requerimiento de menos habilidades y fuerzas de parte del trabajo manual, resultando así que el trabajo de los hombres es reemplazado por el de las mujeres y niños. Las fabricas imponen un nuevo ritmo de vida y de relaciones, es una organización de carácter militar. Los proletarios son esclavos desde cualquier punto de vista, del Estado burgués, de la máquina, del capataz y del burgués individual. La explotación no termina en la fábrica o después de la paga, ya que el obrero se convierte en víctima de otros elementos de la burgesía, como el tendero, el prestamista y el casero. Esto es algo que Marx experimentaría en carne propia en Inglaterra, debido a su precaria condición económica que sólo pudo ser alivianada gracias a la ayuda de su amigo Engels.
El proletariado, en un comienzo, se encuentra diezmado, carece de unidad, por lo que pasa por diversas fases de desarrollo, desde la lucha aislada, pasando por los obreros de la misma fábrica y posteriormente los obreros del mismo oficio contra el burgés individual. Sus ataques no se dirigen solamente contra las relaciones burguesas de producción, sino que también contra los instrumentos de producción, contra las fábricas, las máquinas, intentando así recuperar la posición de la que gozaban durante la Edad Media. Gradualmente las condiciones del obrero se irán volviendo más precarias, con salarios cada vez más irrisorios. Esta progresiva precarización de la situación del proletariado terminaría con una inevitable colisión entre dos clases antagónicas: la burguesía y el proletariado.
De acuerdo a Marx y Engels, las sociedades anteriores habían descansado en el antagonismo entre clases opresoras y oprimidas. Una condición para oprimir a estas clases, es asegurarles condiciones que le permitan arrastrar su existencia. Pero en el caso de la sociedad industrial, las condiciones de vida del obrero moderno no se eleva con el progreso de la industria, sino que “desciende siempre mas y mas por debajo de las condiciones de vida de su propia clase”. Asi, la burguesia no puede continuar en su condición de clase dominante porque no puede asegurar a la clase oprimida su existencia. De esta manera, la existencia de la burguesía, escribe Marx, es incompatible con la de la sociedad, ya que la primera no es capaz de continuar desempenañdo su papel de clase dominante.
La burguesía se encuentra en una lucha constante, en un comienzo, contra la aristocracia y posteriormente contra sectores de la misma burguesía cuyos intereses entran en contradicción a medida que la industria progresa. Posteriormente la burguesía se enfrenta contra la burguesia de los demas paises. La lucha del proletariado contra la burguesía es en un primer momento una lucha nacional. Pero los autores explican que el trabajo industrial moderno, “despoja al proletariado de todo caracter nacional”. Las leyes, la moral, la religión son para él meros prejuicios burgueses, detras de los cuales se ocultan otros tantos intereses de la burguesia. De todas las clase que se enfentan contra la burguesía, el proletariado es la vedaderamente revolucionaria. El movimiento obrero se diferencia de los movimientos precedentes ya que este es un “movimiento propio de la inmensa mayoria en provecho de la inmensa mayoria”. La burguesia, al encontrarse en una lucha permanente, se ve forzada a reclamar la ayuda del proletariado, arrastrándolo de esta forma al movimiento politico.
El proletariado juega un rol fundamental en el pensamiento de Marx ya que, como escribió Raymond Aron, le atribuyó un papel de salvador colectivo.
“Las expresiones que emplea el joven Marx no dejan lugar a dudas sobre los orígenes judeocristianos del mito de la clase elegida por su sufrimiento para el rescate de la humanidad. Misión del proletariado, fin de la prehistoria gracias a la Revolución, reino de la Libertad, se reconoce sin esfuerzo, la estructura del pensamiento milenarista: el Mesías, la ruptura, el reino de Dios”[1].
Es la burguesia la que proporciona a los proletarios los elementos de su propia educación, es decir, armas contra ella misma. Marx llega a predecir que cuando la lucha se acerque a su desenlace, producto del progresivo y cada vez más violento proceso de desintegración de la clase dominante, fracciones de la burguesía renegarían de esta situación y pasarían a formar parte de las filas de la clase revolucionaria que representa el único futuro. Tales burgueses que cambian de filas son particularmente los ideólogos, “que se han elevado hasta la comprension teorica del conjunto del movimiento histórico”. Solo es el proletariado el que permanece con el desarrollo de la gran industria, mientras las demás clases desaparcen, Como está escrito en el Manifiesto, el proletariado es el producto más peculiar de la gran industria, y estos no tienen nada mas que salvaguardar, sino que destruir lo que la propiedad privada ha venido garantizando y asegurando.
En cuanto a la relación entre los proletarios y los comunistas, Marx y Engels escribieron que estos últimos (los comunistas) constituían el sector más resuelto de los partidos obreros de todos los países y era el que tenía la visión más clara de las condiciones, la marcha y resultados del movimiento obrero. Los comunistas formaban parte integral del movimiento obrero pero, a diferencia de los demás partidos proletarios, estos hacían valer en las diferentes luchas nacionales de los proletarios, los intereses comunes a todos ellos, independiente de su nacionalidad, ya que, el proletario carecía de patria, lo que daba a esta clase un carácter internacionalista. Por otra parte, a través de las diferentes etapas de lucha que atraviesa el proletario en su combate contra la burguesia, estos representaban siempre los intereses del movimiento en su conjunto.
En cuanto a los objetivos de los comunistas, estos coinciden con el de los demás partidos obreros. Tales objetivos son: la constitución de los proletarios en clase, el derrocamiento de la dominación burguesa y la conquista del poder político por parte del proletariado. Pero el comunismo tiene un rasgo distintivo y es la abolición de la propiedad privada. Marx aborda y enfenta una serie de críticas que se realizaban en contra del comunismo. En primer lugar el reproche de que el comunismo quiere abolir la propiedad personalmente adquirida, que es el resultado del trabajo propio, aquella propiedad que constituye la base de la libertad, actividad e independencia individual. ¿Pero a que clase de libertad se refiere? ¿Acaso a la propiedad burguesa moderna? Como escribio Marx, el trabajo del asalariado no crea propiedad para el proletario, sino que crea capital, es decir,
"la propiedad que explota al trabajo asalariado y que no puede acrecentarse sino a condición de producir nuevo trabajo asalariado, para volver a explotarlo. En su forma actual, la propiedad se mueve en el antagonismo entre el capital y el trabajo asalariado"[2].
Para Marx, el capital es un producto colectivo, puesto en marcha por la actividad conjunta de muchos miembros de la sociedad y, en este sentido, el capital es una fuerza social. En cuanto al trabajo asalariado, el precio medio de este,
"es el mínimo del salario, es decir, la suma de los medios de subsistencia indispensable al obrero para conservar su vida como tal...lo que el obrero asalariado se apropia por su actividad es estrictamente lo que necesita para la mera reproducción de su vida"[3].
Los autores señalan que lo que se quiere abolir es ese carácter miserable de la apropiación, que hace que el obrero viva solo para aumentar el capital, y tan sólo en la medida en que el interés de la clase dominante exige que viva. Se desea abolir ese rasgo de la sociedad burguesa en donde el capital es independiente y tiene personalidad propia y donde el individuo que trabaja carece de independencia y se encuentra despersonalizado. Asi, ante el reproche de querer abolir la propiedad privada y, con esto también la libertad, Marx responde que la única libetad en las condiciones actuales, es la libertad de comercio, de comprar y vender. Y la propiedad que se quiere abolir es aquella "que no puede existir sino a condición de que la inmensa mayoría de la sociedad seaprivada de propiedad”[4]. Atentar contra nociones como libertad, cultura o el derecho, es sólo atentar contran ideas burguesas, que son producton de las relaciones de producción y de propiedad burguesas.
Otra acusación contra los comunistas es el de abolir la familia. Los autores señalan que la familia burguesa descansa sobre la base del capital, en el lucro privado. "La familia, plenamente desarrollada, no existe más que para la burguesía; pero encuentra su complemento en la supresión forzosa de toda familia para el proletariado y en la prostitución pública"[5]. Qué decir de la mujer, se acusa al comunismo de querer establecer la “comunidad de las mujeres”. Marx y Engels escriben que para el burgués, la mujer es otro instrumento de producción.
"Nuestros burgueses, no satisfechos con tener a su disposición a las mujeres y las hijas de sus obreros, sin hablar de la prostitución oficial, encuentran un placer singular en seducirse mutuamente las esposas”[6].
Marx denomina "comunidad de las esposas" al matrimonio burgues y esta solo puede desaparecer a través de la abolición de las relaciones de producción, poniendo fin a la prostitucion oficial y no oficial. Esta critica contra el matrimonio como prostitución legalizada era común entre los saint-simonianos. También se acusa a los comunistas de querer abolir la nacionalidad, ya que el obrero carece de patria. De acuerdo a Marx, en un primer momento, el proletariado debe conquistar el poder político y transformarse en la clase nacional, constituirse en la nación. En esa etapa, el proletariado es aún una clase nacional, pero no en el sentido burgués. Con el tiempo, el nacionalismo iría en retirada:
"El aislamiento nacional y los antagonismos entre los pueblos desaparcen de día en día con el desarrollo de la burguesía, la libertad de comercio y el mercado mundial, con la uniformidad de la producción industrial y las condiciones de existencia que le corresponden”[7].
Más adelante continúan los autores:
"El dominio del proletariado los hará desaparcer mas deprisa todavía, la accion comun, al menos de los paises civilizados, esuna de las primeras condiciones de su emancipación”[8].
[1] Raymon Aron, El opio de los intectuales, 97.
[2] Karl Marx y Friedrich Engels, El Manifiesto comunista, 169.
[3] Ibid., 170.
[4] Ibid., 171.
[5] Ibid., 172.
[6] Ibid., 173.
[7] Ibid.
[8] Ibid.