Lenin: dictadura y democracia (2)
En sus escritos Lenin siempre lanzó fuertes ataques a quienes criticaban el concepto de dictadura del proletariado y defendían, en cambio, el régimen democrático de gobierno. Pero como ya tuvimos oportunidad de examinar en otro artículo, en personas como Lenin opera lo que Ludwig von Mises denominó como “polilogismo”, de manera que para el líder bolchevique, cuando se habla de dictadura y de democracia, hay que especificar el contenido de ambas. Conceptos como violencia, represión, justicia, democracia, igualdad son para Lenin términos relativos ya que a él sólo le interesa si tales conceptos van acompañados del rótulo “burgués” o “proletario”. La “violencia burguesa” sería condenable, mientras que la violencia de la vanguardia y del proletariado, sería una violencia justa y hasta redentora.
En el Primer Congreso de la Internacional Comunista (1919) Lenin presenta su “Tesis e informe sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado” donde rechaza, entre otras cosas, los argumentos que se esgrimen contra la dictadura del proletariado comunista, ya que hacen uso de conceptos tales como “democracia en general” y “dictadura en general” que carecen de sentido. Escribe Lenin: “Pues en ningún país capitalista civilizado existe ‘democracia en general’, sino únicamente democracia burguesa, y de lo que se trata no es de la ‘dictadura en general’, sino de la dictadura de la clase oprimida, es decir, del proletariado, sobre los opresores y los explotadores, es decir, sobre la burguesía, con el fin de vencer la resistencia que los explotadores oponen en la lucha por su dominación”[1].
Recordemos que la visión leninista del mundo es una de tipo dualista, es decir, un suarismo clasista en donde se enfrentan dos bandos claramente identificables: burguesía (explotadores) contra el proletariado (explotados), de manera que en la mentalidad de Lenin todo gira en torno a estos conceptos de clase lo que se traduce en que exista una democracia burguesa que es necesario rechazar a favor de una dictadura, claro que esta dictadura sería una justa y benigna, ya que es ejercida por los explotados sobre los explotadores. Es por ello que cualquier comunista-leninista en la actualidad, si es fiel a sus principios ideológicos, debería rechazar las democracias que imperan en la actualidad ya que no serían más que democracias burguesas, o lo que es lo mismo, una dictadura enmascarada de democracia, o como escribieron Marx y Engels, serían solamente máquinas para la opresión de la clase obrera por la burguesía.
Para Lenin la comuna de París habría sido una experiencia iluminadora en el sentido de que esta “intentó destruir, demoler hasta los cimientos la máquina del Estado burgués, los cuerpos burocráticos, judicial, militar y policíaco, sustituyéndolos con una autogestión de las masas obreras desconocedora de la división entre el poder legislativo y el ejecutivo”[2].
Lenin continúa sus ataques y lanza sus dardos contra aquella frase que considera vacía de significado: la liberad de reunión. En una “democracia burguesa” la libertad de reunión ser una de “tipo burgués”. De acuerdo a Lenin en una república burguesa son sólo los ricos los que tienen “a su disposición todos los mejores lugares públicos y privados, así como suficiente tiempo libre para sus reuniones y la protección de éstas por las autoridades burguesas. Los proletarios de la ciudad y el campo, así como los pequeños campesinos, es decir, la mayoría gigantesca de la población, no cuentan ni con lo primero, ni con lo segundo, ni con lo tercero”[3].
El mismo razonamiento opera para la libertad de imprenta que sólo sería una libertad para que la burguesía pueda publicar y hacer circular sus ideas. Un comunista en la actualidad también podría invocar este argumento, por ejemplo en Chile el Partido Comunista (aunque no sólo estos) denuncian la concentración de los medios de comunicación en manos de unos pocos grupos empresariales. Esto es cierto, pero el problema que en el régimen cleptocrático-comunista de los hermanos Castro en Cuba mantienen un régimen donde no existe libertad de prensa y los comunistas nacionales parecen no tener problemas con ello. Es más, intentan dar a entender que la situación de los medios de comunicación en Cuba es igual a la de Chile, de manera que la libertad de imprenta en Cuba y Chile sería exactamente la misma. Pero habría que pensar que dentro de la lógica comunista la supresión de la libertad de prensa por parte de la cleptocracia castrista estaría justificada ya que esta se realiza en nombre del (escoja el lector la palabra): el pueblo, la clase trabajadora, los explotados, el proletario, etc.
En cuanto al concepto de dictadura, esta será legítima siempre y cuando sea ejercida en nombre de los explotados, es decir, sólo la “dictadura del proletariado” constituye la dictadura digna de ser implantada en la sociedad para avanzar gradualmente hacia el régimen comunista. Al respecto escribe Lenin: “…la dictadura del proletariado es no sólo legítima por completo como medio para derrotar a los explotadores y aplastar su resistencia, sino también absolutamente necesaria para toda la masa trabajadora como única defensa contra la dictadura de la burguesía, que ha llevado a la guerra y está gestando nuevas contiendas”[4].
Continúa explicando Lenin que la diferencia que existe entre la dictadura del proletariado y las demás dictaduras que han existido en la historia radica en su carácter de clase. Esto quiere decir que ambas dictaduras ejercen la violencia, pero mientras que la dictadura burguesa la ejerce con la :mayoría explotada”, la dictadura del proletariado la ejerce con la “minoría explotadora”. La Unión Soviética representaba para Lenin el ideal que otras naciones debían alcanzar, esto es, una organización política donde los obreros no se encuentran excluidos del gobierno, donde existe una igualdad real y no meramente formal y donde el ejército ha dejado de ser un cuerpo de opresión y ha pasado a fundirse con el proletariado.
Lenin adoptó una postura crítica hacia Kautsky por no mostrarse a favor del curso que estaban tomando los acontecimiento en Rusia tras la llegada de Lenin y los bolcheviques al poder[5]. Kautsky defendía la compatibilidad del sistema democrático con la dominación del proletariado. Lenin no cede un ápice en su postura ya que para él el Estado se ha transformado en un instrumento de opresión de las clases explotadoras y esta situación no ha cambiado en el moderno sistema democrático. Lenin recurre a las sagradas escrituras, es decir los escritos de Marx y Engels, para defender su postura. Lenin cita las siguientes palabras de Engels:
“Siendo el Estado una institución meramente transitoria, que se utiliza en la lucha, en la revolución, para someter por la violencia a los adversarios, es un puro absurdo hablar de un Estado popular libre: mientras el proletariado necesite del Estado, no será en beneficio de la libertad, sino para someter a sus adversarios, y tan pronto como pueda hablarse de libertad, el Estado, como tal, dejará de existir…”[6].
En síntesis la dictadura del proletariado, de acuerdo a Lenin quien a su vez sigue a Marx y Engels, tiene como objetivo: aplastar la resistencia de la burguesía, inspirar temor a los reaccionarios, mantener la autoridad del pueblo armado contra la burguesía y para que el proletariado pueda someter por medio de la violencia a sus adversarios. Todo esto es parte de un proyecto mundial, es decir, la lucha de clases debe ser llevada a todos los países ya que el triunfo de la revolución en un solo país no es suficiente para que triunfen los intereses de la clase trabajadora en su conjunto
[1] Lenin, Obras Completas, tomo 3 (URSS: Editorial Progreso, 1979), 145.
[2] Ibid., 147.
[3] Ibid., 147-148.
[4] Ibid., 150.
[5] Lenin, La revolución proletaria y el renegado Kautsky, Obras Completas, tomo 3, 81.
[6] Ibid., 82.