Adam Smith 3 (economía): El Capital
En este escrito abordaré brevemente el tema del capital y la importancia de la acumulación de este para el progreso material de una nación. El concepto de capital es confuso. El economista austriaco Joseph A. Schumpeter (1883-1950) afirmaba que analizar este concepto era atravesar un verdadero pantano de controversia verbal. John Stuart Mill (1806-1873) advertía que no había que concebir capital como sinónimo de riqueza o dinero. Explicaba Mill que el dinero en sí mismo no puede realizar ninguna función del capital, ya que no puede prestar ninguna ayuda a la producción. De acuerdo a este autor, la diferencia entre capital y no capital no radica en la clase mercancía, sino que en el espíritu del capitalista, es decir, en su deseo de emplearlas para cierta finalidad y no para otra. El capital de un empresario es aquella parte de sus posesiones que ha de constituir su fondo para llevar a cabo la producción. Adam Smith escribió que donde predominaba el capital, prevalecía la actividad económica, y que cualquier aumento o disminución del capital promovía de una manera natural el aumento o la disminución de la magnitud de la industrial. .En el clásico manual de Paul A. Samuelson (1915-2009) y William D. Nordhaus se da la siguiente definición de capital o bienes de capital:
“consta de aquellos bienes durables producidos que son a su vez usados como insumos productivos para una producción subsiguiente. Algunos bienes de capital pueden durar unos cuantos años, mientras que otros pueden durar un siglo o más. Pero la propiedad esencial de un bien de capital es que es tanto un insumo como un producto”[1].
En otra parte del mismo manual los autores señalan lo siguiente: “Una economía avanzada como la de Estados Unidos utiliza una gran variedad de edificios, máquinas, computadoras, software, etc. Estos son los factores de producción a los que se denomina capital, el cual es un factor de producción, un insumo durable que por sí mismo es un producto de la economía”[2].
Regresemos al filósofo escosés. Adam Smith Comienza señalando que en un estado primitivo de la sociedad en donde no existe la división del trabajo y la especialización característica de las sociedades más avanzadas, cada persona goza de los beneficios de su propio trabajo y cada persona se procura a si misma de aquellos bienes que requiere, de manera que no resulta necesario una acumulación previa de capital para desarrollar las actividades de la colectividad. Ahora bien, con el tiempo las economíasvan complejizándose, produciéndose una división del trabajo cada vez mayorasí como un alto nivel de especialización, lo que se traduce en que el producto de una tarea individual no basta sino para cubrir una ínfima parte de sus necesidades eventuales, escribe Smith. Las persona recurrirán de esta manera al producto del trabajo de otras personas que adquiere o compra mediante los frutos de su propio trabajo. Continua explicando el autor:
“Pero como dicha adquisición no puede hacerse hasta que el producto del trabajo individual propio no solamente esté terminado, sino vendido, es necesario acumular diferentes bienes en cantidad suficiente para mantenerle y surtirle con los materiales e instrumentos propios de su labor…Un tejedor no puede aplicarse plenamente a las tareas propias de su oficio si de antemano no ha acumulado en alguna parte, bien a su disposición o en poder de otra persona, un capital suficiente para atender a su manutención y disponer de los materiales e instrumentos de su oficio, hasta el momento mismo en que no solamente haya acabado su labor, sino vendido la tela”[3].
Tenemos pues que la acumulación de capital debe preceder a la division del trabajo y que la subdivision de este mismo progresa en la medida en que el capital haya sido acumulado de manera previa. Tenemos también que la acumulación de capital es una condición previa para llevar a cabo adelante los progresos en la capacidad productive del trabajo. Es por ello que el antiguo arado utilizado en Roma o durante el medioevo era menos productivo que los arados modernos, al igual que otras muchas máquinas que han simplificado, alivianado el trabajo humano y aumentado la producción de este mismo. Pasemos a examinar la division del capital. Tanto para el caso de los individuos como el de las naciones, el capital (K) se divide en tres porciones: consumo inmediato (CI), capital fijo (CF) y capital circulante (CC). Tenemos que (CI) es aquella porción destinada al consumo personal del individuo y su familia, de manera que no produce renta ni beneficio alguno. En segundo lugar (CF) es aquella porción de (K) que genera una renta o un beneficio sin que sea necesario que este circule o cambia de dueño. Ejemplos de (CF) son las máquinas e instrumento de industrias que facilitan y abrevian la labor. En segundo lugar están los edificios que están destinados para proporcionar una renta: alquiler, el pago por su uso ya sea (tiendas, fábricas o granjas). En tercer lugar están aquellas mejoras que se introducen en la tierra: desecación, cercos, abonos, desbrozado. “Una hacienda que ha sido objeto de mejoras se puede considerar bajo el mismo aspecto que aquellas máquinas útiles, que facilitan y abrevian el trabajo y por cuya virtud un capital circulante igual puede rendir un ingreso mucho mayor al inversionista”[4].
En cuarto lugar Smith destaca aquellas aptitudes adquiridas y útiles para los habitants de una sociedad, lo que hoy conocemos bajo el nombre de “capital humano”. Al respecto escribe Smith: “La adquisición de dichos talentos, mediante el estudio y el aprendizaje, implica siempre un gasto real, destinado a la preparación del sujeto que los adquiere, y viene a ser un capital fijo, investido en su persona”[5]. La tercera de las tres porciones en las que se divide (K) es (CC) cuya característica consiste en proporcionar un ingreso o renta co o resultado de su circulación o cambio de dueño. Tenemos que (CC) a su vez de cuatro partes. En primer lugar está el dinero por medio del cual circulan las otras tres partes y se distribuye entre sus propios consumidores. En Segundo lugar está el repuesto de provisiones en poder de los vendedores como los ganaderos, carniceros, el cervecero o el traficante de grano que, a cambio de su venta, obtienen un beneficio. En tercer lugar tenemos las materias primas o auqellos productos en proceso de fabricación que se transformarán en bienes de consumo como vestidos, mesas o edificios.
Estos, al no haber todavía alcanzado su forma definitiva, permanecen en poder de sus productores: ebanistas, ensambladores, ladrilleros, etc. Por ultimo, tenemos la obra finalmente acabada, los diversos artículos en poder de los diversos comerciantes. De estas cuatro partes solo tres, las provisiones, materiales y artículos, se separan cada año del capital circulante (CC) para transformarse en capital fijo (CF), de manera que todo (CF) se deriva originariamente de (CC). Al respecto escribe Smith: “Cualquier máquina o instrumento útil tiene su origen en un capital circulante, que suministra los materiales de que se elaboran, y el alimento del operario que los fabrica; es necesario además un capital de la misma naturaleza para mantenerlos constantemente en un buen estado de conservación…Ningún capital fijo puede producir renta sin el concurso de otro capital circulante”[6]. Lo anterior viene a significar que ambas clases de capitales, (CF) y (CC), tienen la finalidad de mantener y aumentar la otra parte del capital. Constantemente se está separando de (CC) una parte para colocarlo en las otras dos ramas del capital de la sociedad. Pero este constante suministro de (CC) proceden de una fuente constituida port res Fuentes originales, esto es, el producto de la tierra, de las minas y de las pesquerías. Escribe Smith:
“Las tierras, las minas y las pesquerías requieren para su explotación capital fijo y circulante, y su producto repone, con ganancias, no solo aquellos capitales, sino todos los demás de la sociedad. El Labrador repone al fabricante los víveres que ha consumido y los materiales que ha manufacturado el año anterior…”[7].
Hemos hasta el momento explicado el concepto de capital, capital fijo, capital circulante, y las partes en que estos se componen, así como la interconexión e interdependencia de estos dentro de la economía. Ahora debemos ocuparnos de dos preguntas: ¿Por qué es importante la acumulación de capital para Smith? ¿De qué depende el que esta acumulación aumente o disminuya? A la primera pregunta ya hemos dado una respuesta y es que la acumulación de capital es la condición previa del progreso material de las naciones y un mayor bienestar, es decir, una mayor disponibilidad de bienes y servicios para la población. En cuanto a la segunda pregunta es claro que la acumulación de capital requiere de un Mercado de fondos prestables y tales fondos seran más cuantiosos cuanto más las personas ahorren y no derrochen du dinero. En palabras de Smith los capitales aumentan con la sobriedad y la parsimonia, y disminuyen con la prodigalidad y la disipación. Escribe el autor: “Así como el capital de un individuo solo puede aumentar con lo que ahorre de sus rentas anuales o de sus ganancias, de igual suerte el capital de la sociedad, que coincide con el de los individuos, no puede acrecentarse sino en la misma forma”[8]. El “hombre sobrio”, explica Smith, no solo mantiene, mediante el ahorro, un número de manos adicionales productivas, sino que además establece un fondo perpetuo destinado a la ocupación de manos productivas. Lo contrario sucede cuando las personas disipan su riqueza y, peor aú, cuando tal comportamiento proviene del Estado, que derrocha dinero en vastas burocracias repletas de trabajos improductivos o en guerras, de manera que el Estado en lugar de crear riqueza, la succiona de los trabajadores que sí la producen:
“En casi todos los países, la totalidad o la mayor parte de los ingresos públicos se emplea en el ostenimiento de manos improductivas. Tales son las personas que componen una Corte espléndida, un poderoso estamento ecclesiastico y los grandes ejércitos y flotas que en epocas de paz no producen nada, y en tiempo de Guerra nada adquieren que puedan compensar el gasto de sostenerlas…Estas personas, a pesar de que no producen nada, se mantienen en su totalidad con el producto del trabajo de otros individuos”[9].
Tenemos pues, de acuerdo a Smith, que la acumulación de capital es una condición previa del progreso material de las naciones y, a su vez, el ahorro (la postergación del consumo presente) es una condición previa para que pueda existir acumulación de capital. Ahora bien, como las personas prefieren consumir su dinero en el presente y no en el futuro, habrá que incerntivarlo a postergar su consumo presente y que decida dar su dinero en préstamo. Llegamos así al concepto de interés.
“Casi todos los préstamos con interés se conciertan en dinero, bien sea en billetes o en oro y plata. Ahora bien, lo que entrega el prestamista y recibe el prestatario no es dinero, sino lo que vale la moneda, o los bienes que mediante ella se pueden adquirir”[10].
El capital prestado con interés, señala Smith, se considera como una suerte de transferencia que hace el prestamista al prestatario de una parte considerable del producto annual y, a cambio, el prestatario deberá abonar una pequeña porción que se denomina interés y, al final, deberá devolver el principal, esto es, la suma original prestada. Cuando aumenta la cantidad en préstamo, entonces el interés desciende. En otras palabras, cuando aumenta la cantidad de fondos susceptibles de ser prestados esyo se traduce en una disminución del interés, o lo que es lo mismo, el precio por pedir prestado dinero. Esta variación dependerá del nivel de ahorro de la sociedad en su conjunto, aunque en nuestros días, con el dinero fiduciario, se puede expandir la masa monetaria a voluntad y disminuir artificialmente los tipos de interés, es decir, una reducción del tipo de interés que no refleja en la realidad una mayor disponibilidad ahorros. Ahora bien, no debemos caer en el error de creer que el crecimiento económico solo depende solamente en la constante inversion de maquinaria, pero sin duda, la inversion en bienes de capital es un componente importante y lo que marca la diferencia entre aquellas naciones pobres y aquellas más ricas, que satisfacen la mayor cantidad de las necesidades de sus miembros.
Los individuos que componen las diversas naciones y los Estados deben siempre decidir entre consumir e invertir. Si decide consumir (no ahorrar) entonces su preferencia temporal está en el presente lo cual se traducirá en una menor cantidad de fondos prestables por lo que la tasa de interés deberá necesariamente subir. En cambio, aquellas sociedades que no son cortoplacista, que no dilapidan su riqueza y que se preocupan no sólo de consumir, sino que también en producir, entonces postergaran el consumo presente con el objetivo de obtener bienes en el futuro. Recordemos aquella lección básica que dice que el dinero no es sinónimo de riqueza y que las naciones ricas son aquellas que producen bienes y servicios y no la que expanden la masa monetaria manteniendo tipos de interés artificialmente bajos, que sólo tendrán como consecuencia que los salarios reales disminuyan, es decir, que el poder adquisitivo de la moneda se vea completamente deteriorada.
[1] Paul Samuelson y William Nordhaus, Economía, (España:
McGraw -Hill, 2005), 261.
[2] Ibid., 32.
[3] Adam Smith, Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (México: FCE, 2010), 250.
[4] Ibid., 255.
[5] Ibid.
[6] Ibid., 256.
[7] Ibid., 257.
[8] Ibid., 306.
[9] Ibid., 310.
[10] Ibid., 318.