Buddhismo: breve introducción (1)
En este primer escrito pretendo introducir el buddhismo original, sin hacer referencia a las ramificaciones posteriores, como por ejemplo entre el Hinayana y el Mahayana, o el buddhismo zen. En primer lugar analizaré brevemente la problemática en torno al concepto de religión. Por último me centraré en las primeras enseñanzas buddhistas, esto es, a las “Cuatro Nobles Verdades” y el “Octuple Sendero”. El objetivo es que el lector pueda conocer un poco mejor esta tradición y disipar ciertos errores o prejuicios que puedan existir en torno a esta. En otros artículos continuaré desarrollando, de manera más breve que el presente escrito, otros aspectos sobre el buddhismo.
Buddhismo: ¿una religión?
¿Qué es el buddhismo? Ciertamente podríamos responder simplemente que es una religión asiática-oriental, una religión que practican los seguidores del Buddha o el “Iluminado”. Podríamos contentarnos con esta simple definición, pero se hace necesario aclarar algo. En primer lugar cabe centrarnos en el concepto de religión. No existe unanimidad en lo que respecta al origen y significado exacto de este concepto. De acuerdo a la etimología de la palabra, religiónvendría a significar “re-ligare” es decir, la acción de ligar o unir fuertemente (por ejemplo, con Dios). Esto se basa en los escritos de Lucrecio, Cicerón, Lactancio y San Agustín entre otros autores. Lucrecio utiliza el término “religio” en siete ocasiones y su plural en seis. Para este autor “religio” llegó a ser concebido como una personificación de un ser celestial.
Cicerón por su parte, a diferencia de Lucrecio, puso más atención en los dioses y la relación que el ser humano establece con estos. De acuerdo a estudiosos del tema, Cicerón utiliza el concepto “religio” para referirse a: a) un ritual; b) la ejecución de este ritual; c) a una actitud, a algo más personalista y subjetivo. Con el cristianismo el término experimenta nuevos cambios. El cristianismo introduce nuevos conceptos como el de “Ecclesia”, “fe”, y asumió otros ya existentes como el de “piedad”, devoción”, “ritual” y “divinidad” entre otros. El concepto de “religio” continuó asociado a las prácticas rituales, pero también significo la adoración de Dios (religio Dei), de manera que nuestro concepto ahora designaba también aquella relación entre los seres humanos y Dios. Otro cristiano, Lactancio, dio un paso más señalando que era la forma en que la Iglesia cristiana adoraba a Dios la correcta, de manera que todas las demás prácticas eran erróneas (“falsa religio”).
Gerónimo, quien tradujo al latín la Biblia (la Vulgata) introdujo en varias ocasiones el término “religio” estableciéndolo así dentro de la tradición cristiana. Un personaje crucial fue San Agustín quien abordó ya directamente el concepto en cuestión en su escrito De vera religiones, esto es, Sobre la religión verdadera, aunque otros autores prefieren traducirlo como “Sobre la adoración o piedad verdadera”. Como explicaba Wilfred Cantwelll Smith (1916-2000), para San Agustín la religión “no era un sistema de prácticas, creencias o una tradición histórica institucionalizada susceptible de observación externa, sino enfrentamiento vivo y personal con el esplendor y el amor de Dios”[1]. Si bien posteriormente esta “religión verdadera” sería el cristianismo, San Agustín, de acuerdo a Smith, no pretendió defender tal idea, sino que pretende dar a entender con tal término que “la existencia de una relación perfecta, ideal y esencial entre el hombre y Dios”[2]. Tal relación se remonta hasta los inicios de la raza humana hasta que Cristo se encarnó. En lo que respecta a Santo Tomás de Aquino, utilizaba el término “religio” en tres sentidos: a) como expresión de fe; b) como motivación interna que lleva a adorar a Dios; c) como un vínculo que une el alma con Diod.
Por su parte, la Real Academia Española define religión como sigue: “Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente laoración y el sacrificio para darle culto”. El académico Wilfred Cantwelll Smith explicaba que el concepto de latino de “religio” se tornó muy ambiguo con el paso del tiempo, llegando a asumir una gran cantidad de significados. El término en cuestión, explica Smith, hacía referencia a un poder externo que obligaba al ser humano a llevar a cabo ciertas acciones so pena de exponerse a un castigo. Esto puede ser interpretado como aquel sobrecogimiento que experimentan los seres humanos frente a fuerzas, poderes extraños o misteriosos. En Roma el calificativo religioso se refería a la práctica de ciertos ceremoniales rituales en algún santuario. En este último caso era la práctica ritual lo que tenía relevancia y no un Dios o dioses, de manera que Smith señala que el concepto de religión tenemos que entenderla como una expresión externa de una creencia o actitud.
Smith advertía sobre el hecho de que son muy pocos los idiomas a los que podemos traducir lo que la civilización occidental denomina“religión” y “religiones”. El mismo autor señala que era vano intentar buscar una suerte de “esencia” de la religión, una especie de definición última y definitiva de este concepto. Por lo demás, explica Smith, es que el ser humano ha sido a lo largo de la historia un ser religioso sin necesidad de emplear para ello el concepto de “religión”. Añadía el mismo autor:
“Para pensar en la religión es necesario considerar a la vida y al universo como una totalidad, en cuyo caso, el significado que alguien atribuye al término representa un indicio del sentido que busca en la existencia. Tratar de llegar a un acuerdo, por tanto, es buscar un consenso sobre las cuestiones últimas relacionadas con el hombre, la verdad y el destino, y son muy ingenuos los filósofos y estudiosos de las ciencias sociales que crean que tal cosa es sencilla”[3].
El problema con lo anterior es que existen creencias no teístas o panteístas, de manera que debemos preguntarnos si sería correcto rotular al budismo como religión ¿qué sucede? Como ya señalé en otro artículo, tenemos que todo teísmo es religioso, pero no toda religión (al menos en el panorama actual) es necesariamente teísta. So observamos lasituación religiosa en la actualidad, nos encontraremos con un panorama variado que complejiza aún más nuestro uso habitual del concepto de religión, así como el de “religioso” y “religiosidad”. Tenemos el concepto de Teísmo (theos = Dios), que vendría a ser la creencia en un Dios personal, comprometido constantemente con su creación y sus creaturas. En segundo lugar tenemos el Deísmo (Deus = Dios) que es la concepción la concepción de un Dios concebido como un arquitecto del mundo pero que no guarda relación alguna con su creación.
En tercer lugar tenemos el concepto menos conocido de henoteísmo o monolatría, que es una subdivisión del politeísmo. Esta última es la creencia en la existencia de muchos dioses y que, dentro de esta pluralidad de dioses, uno de ellos es supremo (algunos piensan, erróneamente en el caso del cristianismo, que la Trinidad sería un ejemplo de este). En cuarto lugar tenemos el agnosticismo (“a” = privativo)+ “gnosis” = no conocimiento), que es aquella postura que señala que no tenemos entendimiento para conocer o demostrar a Dios o dioses, ya que tales conceptos trascienden nuestro entendimiento. En quinto lugar tenemos el ateísmo (“a” = privativo + Theos = dios = “no dios”) que es aquel que carece de la creencia en Dios o en dioses.
El concepto de religión está lejos de ser claro y evidente en sí mismo, y resulta problemático aplicar tal términos a culturas que carecen de ese concepto como es el caso del contexto geocultural en el que nació el buddhismo. Quizás se podría dar una definición más inclusiva de religión para también incluir aquellas creencias que carecen de una creencia en Dios. Así, podríamos decir que la religión es aquellacreencia de que existe algún mundo aparte del terrenal en el que vivimos. Puede suceder que no exista un Dios, pero se cree en la inmortalidad de una entidad cualquiera que sobrevive a la muerte, o se cree en la reencarnación o transmigración de las almas.
Entonces, ¿qué es el buddhismo?
Regresemos ahora al buddhismo. Teniendo en cuenta lo complejo que resulta ser el concepto de religión, podemos igualmente optar, por mera comodidad, por llamar al buddhismo religión. Pero en realidad este es un tema que carece de relevancia. El tema acerca de definir o imponer un rótulo al buddhismo es de larga data. Para algunos el buddhismo es una filosofía, para otros una práctica e incluso una suerte de psicología. Pero en realidad el buddhismo seguirá siendo lo que es independiente del nombre que le impongamos, ya que la palabra nunca termina por agotar el significado de la cosa a la cual designa, es decir, la palabra en cierta medida mutila varios aspectos de la cosa que designa.
El teólogo y filósofo Raimon Panikkar también se refiere a las distintas opiniones en relación al buddhismo y el Buddha. Algunos lo califican de panteísta (pan = todo), es decir, que concibe que Dios o la divinidad se encuentra presente en toda la naturaleza. También se concibe al buddhismo y al Buddha como un nihilista (nihil = nada), es decir, que el Buddha predicó la aniquilación completa del “yo” de nuestra identidad personal, que sería el objetivo último del Nirvana. También se ha tildado al Buddha de agnóstico, vale decir, de haber preferido no pronunciarse sobre cosas que la mente humana no puede saber en verdad. También se ha rotulado a esta religión de pragmática, es decir, más que enseñar especulaciones filosófica, se centra en la enseñanza del camino y los métodos que ayudan al ser humano a terminar con el sufrimiento.
Por último, al buddhismo se le suele reducir a una religión atea y de ser nihilista desde un punto de vista ontológico, lo que viene a significar que no existe el “ser” algo permanente en el mundo que no es aniquilado. Esto se explica debido a que el buddhismo (aunque habría que matizar de acuerdo a las ramas dentro de este) niega la existencia de lo en la tradición occidental denominamos como alma o en el hinduismo el Atman (ser, sustancia, es decir, un sustrato permanente que no cambia y muere). En resumen, el buddhismo puede ser una religión y puede ser también una no-religión, pero el buddhismo seguirá siendo lo que es independiente del rótulo que reciba.
Breve historia del buddhismo
Antes de hacer referencia a algunas ideas centrales y básicas, quisiera dar una breve reseña histórica de esta religión. El buddhismo se aleja de la tradición de religiones proféticas ya que el Buddha no fue un profeta, es decir, no era una persona que portaba el mensaje de Dioso de los dioses. Tampoco fue la encarnación de ningún Dios, ya que el Buddha fue un simple ser humano. Como explica Walpole Rahula (1907-1997), el Buddha fue el único maestro que no pretendió otra cosa sino ser un pura y simplemente un hombre. De acuerdo al Buddha y el buddhismo posterior no existe nada por encima del hombre, vale decir, el hombre debe ser su propio refugio, su único amo y no depender de un supuesto ser superior. El Buddha es le “despierto” o “iluminado”, y tras haber alcanzado tal estado, decidió mostrar al resto de los seres humanos el camino para lograr la iluminación aquí en la tierra y no en un mundo supraterrenal.
Antes de alcanzar tal estado, el Buddha fue un príncipe llamado Siddharta Gautama, nacido hacia el año 563 a.C (otra tradición sostiene que fue 563 y falleció en el 483, de disentería. Nació en Kapilavastu (Nepal), hijo de un noble o una suerte de señor feudal de nombre Suddhodana y Mayadevi. Pertenecía al clan de los Sakya, de ahí el nombre de Sakyamuni. A los dieciséis años se casó con Yashodhara con quien tuvo un hijo llamado Rahula. Cuenta la leyenda que el padre de Siddharta se preocupó mucho ante los pronósticos de unos adivinos quienes se percataron de que su hijo no sería cualquier ser humano. Si Siddharta seguía su el camino terrenal de su padre, un hombre “del mundo” se transformaría en un gran conquistador que uniría a toda la India, transformándose en el “soberano universal”.
Pero si seguía otro camino, si “renunciaba al mundo”, no se transformaría en el conquistador del mundo sino que en el “redentor del mundo”, quien conquistaría no la India, sino que a sí mismo. Su padre no queriendo que su hijo se transformase en un asceta redentor del mundo, se esforzó para que su hijo viviera en un mundo de comodidades y placeres, y que ninguno de los males del mundo entorpeciera su destino, que era transformarse en el gran conquistador y soberano universal. Sin embargo fueron vanos los esfuerzos del padre, ya que Siddharta tuvo cuatro encuentros que cambiarían por completo su futuro. En primer lugar se encontró se encontró con un hombre decrépito de piel arrugada, sin dientes y con dificultad para caminar: Siddharta se había confrontado con la vejez. Después, el príncipe se encontró con un hombre en muy mal estado producto de una enfermedad. El tercer lugar, Siddharta se encontró con un muerto y por último, se encontró con un monje.
Estos cuatro encuentros significaron una gran perturbación para el joven ya que se percató, a través de sus tres primeros encuentros, que el cambio era un fenómeno que afectaba a todo ser vivo y que la vida era finita y que podía involucrar un gran sufrimiento. Los tres primeros de Siddharta representan todo aquello que el ser humano prefiere no pensar, como por ejemplo la muerte. Sabemos que vamos a morir pero preferimos no hablar de ello por diversas razones: es un tema negativo y pesimista y la muerte siempre le ocurre “al otro”, al viejo (muchas personas consideran como una suerte de ley que los hijos sobrevivan a los padres). Tales temas que no son del agrado del ser humano son los que Siddharta decidió enfrentarlos.
El cuarto encuentro, con el monje, significó una cierta esperanza y consuelo, debido a la tranquilidad que emanaba este. Finalmente Siddharta abandona todas las comodidades familiares, se corta el cabello y comienza su gran marcha. Siddharta pasó por varias fases, en primer lugar decidió entregarse a los estudios especulativos junto a un doctor brahmánico, pero lo encontró insuficiente. Posteriormente aprendió una serie de prácticas yóguicas que también consideró insuficientes. Después de esto, Siddharta decidió adoptar la mortificación del cuerpo y se sometió a un duro ayuno, es decir, se convirtió en un asceta. Pero tras seis años se percató de lo inútil de esta práctica que sólo había conseguido ponerlo al borde de la muerte.
Así tenemos que ni los estudios filosóficos, ni prácticas yóguicas ni la mortificación del cuerpo satisficieron las necesidades de Siddharta. Finalmente se decidió por sentarse en posición de meditación bajo una higuera, conocido también como árbol “Bo” (forma abreviada de bodhi o iluminación). Mientras meditaba Mara, líder de los demonios y dios de la ilusión hizo su aparición y sometió a Siddharta a una serie de tentaciones. En primer lugar perturbó la meditación en forma de Kama, esto es, el deseo, tentándolo con bellas mujeres. Posteriormente lo perturbó, infructuosamente, con las huestes de la muerte. La última tentación de Mara fue la más astuta y apunto a la racionalidad de Siddharta.
Mara señaló a Siddharta que si bien este podía efectivamente alcanzar la iluminación, ¿que ser humano podría llegar a entender las profundas verdades a las que el había accedido? ¿No habrá sido a la larga un esfuerzo perdido, ya que nadie comprendería su mensaje? Pero respondió a Mara que algunos entendería, tras lo cual Mara desapareció.
Las Cuatro Nobles Verdades y el Óctuple Sendero
¿Qué descubrió Buddha durante su meditación? Como explica Raimon Panikkar, el Buddha conoció la triple ciencia: del pasado (conocimiento de sus existencias anteriores), del presente (descifrando la muerte de la muerte y el nacimiento) y del futuro (reconociendo que había destruido en él toda sed, causa de las existencias subsiguientes). Luego Buddha se dirigió a Benarés, específicamente a Sarnath, donde encontró a los cinco discípulos, que los habían abandonado durante una de sus fases de su larga marcha, para enseñarles las Cuatro Nobles Verdades, poniendo así en marcha la rueda del Dharma (Ley). Estos cinco discípulos llegarían a ser los primeros “arhats” o santos, y posteriormente se formaría la comunidad o “sangha” compuesta por sesenta monjes (bhikkhu).
1) La primera Noble Verdad es dukkha, la naturaleza de la vida es sufrimiento.
2) La segunda Noble Verdad es el origen de dukkha, el deseo o "sed de vivir" acompañado de todas las pasiones y apegos.
3) La tercera Noble Verdad es la cesación de dukkha, alcanzar el Nirvana, la Verdad absoluta, la Realidad última.
4) La cuarta Noble Verdad es el Sendero que conduce al cese del sufrimiento y a la experiencia del Nirvana
El lector podrá pensar con toda razón que el Buddha era un verdadero pesimista y fatalista. Este es un error es común y va por lo general unido a otro error que es creer que buddhismo sólo aboga por rechazo del mundo, las cosas materiales y aboga, por el contrario, por una fuga del mundo para vivir una vida dedicada exclusivamente a la meditación. La verdad es que esto está lejos de ser así, ya que Buddha era consciente de que era vano alcanzar la iluminación aislado del mundo ya que es justamente dentro de este mundo donde debe alcanzarse, es decir, dando la cara al mundo y a todos los problemas que este contiene.
No tiene mérito alguno alcanzar estados elevados de conciencia escapando del mundo y sus problemas, ya que es justamente la sociedad en que vivimos junto a los individuos que la componen el lugar de entrenamiento para quien quiere alcanzar la más alta sabiduría. Dentro del buddhismo Mahayana, la figura del bodhisattva es central, ya que es aquel no busca únicamente alcanzar su propia iluminación, sino también guiar a otras a que logren tal estado también. Analicemos las Cuatro Nobles verdades siguiendo las enseñanzas del joven monje budista Yongey Mungyur Rimpoché. Explica el monje que el Buddha no presentó este conjunto de verdades como una suerte de doctrina rígida a la cual debían someterse ciegamente sus discípulos, sino que más bien las presento como una guía práctica para las personas.
Como explica el veterano académico Huston Smith (1919-), Buddha fue un verdadero “Santo rebelde” que se aleja de otras muchas figuras religiosas. Smith resume en los siguientes 6 puntos las características del Buddha y su religosidad:
1-Predicó una religión desprovista de autoridad y se opuso a la autoridad de los brahmanes y su poder que se basaba en “secretismo gremial”. Para el Buddha, el verdadero iluminado no se guarda nada, no oculta nada a los que le escuchan. La célebre “parábola de las hojas de simsapa” esclarece este punto:
“Y Buda se halla en el bosque de Kosambi y se agacha para tomar del suelo un puñado de hojas de simsapa, y les pregunta a sus discipulos:
-¿Que creéis que hay en mayor cantidad, el puñado de hojas de simsapa que he reunido en mi mano o todas las que hay en el bosque?
- Una bagatela son las hojas que tiene el Buda en su mano en comparación con las que hay en el bosque -dicen los discípulos.
- Pues de la misma manera -agrega Buda- son muchas las cosas que he comprendido plenamente pero no os he revelado y son pocas las cosas que os he confiado. ¿Por qué no os las he confiado? Porque, ciertamente, no son útiles, no son esenciales para la vida pura, no conducen al desapego, al desapasionamiento, a la cesación, a la tranquilidad, a la comprensión total, a la iluminación al Nirvana. Por eso no las proclamo.
2-Predicó una religión desprovista de ritual, tan común en la religión brahmánica.
3-Predicó una religión que evitaba toda especulación o razonamientos teológicos estériles, especialmente sobre temas que no ayudan a la iluminación. Esto se puede comprender por medio de la ”parábola de la flecha envenenada”, que refleja lo vano que resultan ser las especulaciones que no ayudan a avanzar al hombre en su camino hacia la iluminación:
“Hubo una vez un hombre que fue herido por una flecha envenenada. Sus familiares y amigos le querían procurar un médico, pero el hombre enfermo se negaba, diciendo que antes quería saber el nombre del hombre que lo había herido, la casta a la que pertenecía y su lugar de origen. Quería saber también si este hombre era alto, fuerte, tenía la tez clara u oscura y también requería saber con qué tipo de arco le había disparado, y si la cuerda del arco estaba hecha de bambú, de cáñamo o de seda. Decía que quería saber si la pluma de la flecha provenía de un halcón, de un buitre o de un pavo real… Y preguntándose si el arco que había sido usado para dispararle era un arco común, uno curvo o uno de adelfa y todo tipo de información similar, el hombre murió sin saber las respuestas”.
4-Predicó una religión desprovista de tradición. Esto no queire decir que el buddhismo nació en un vacío histórico, ya que se nutrió del pensamiento filosófico de la época. Lo que se quiere decir con esto es que el buda invitó a sus seguidores a librarse de la carga del pasado y que ellos se convirtieran en sus propios refugios y que no hicieran caso a los grandes sabios (nuestros expertos espirituales en la actualidad). Esto queda reflejado en el diálogo del buda con los kalamas (kalama sutra). Veamos un extracto de este sutra:
Los Kalamas que eran habitantes de Kesaputta sentados a un lado dijeron al Bendito (Buddha): "Venerable señor, hay algunos monjes y brahmanes que visitan Kesaputta. Ellos exponen y explican solamente sus doctrinas; desprecian, insultan y hacen pedazos las doctrinas de otros. Otros monjes y brahmanes también, venerable señor, vienen a Kesaputta. Ellos también exponen y explican solamente sus doctrinas; desprecian, insultan y hacen pedazos las doctrinas de otros. Venerable señor, en lo que concierne a ellos tenemos dudas e incertidumbre. ¿Cuál de estos reverendos monjes y brahmanes habló con falsedad y cuál con la verdad?
El Buddha les hace un llamado a servirse de su propia razón:
"¡Kalamas!, es propio para ustedes dudar y tener incertidumbre; la incertidumbre ha surgido en ustedes acerca de lo que es dudoso. ¡Vamos Kalamas! No se atengan a lo que ha sido adquirido mediante lo que se escucha repetidamente; o a lo que es tradición; o a lo que es rumor; o a lo que está en escrituras; o a lo que es conjetura; o a lo que es axiomático; o a lo que es un razonamiento engañoso; o a lo que es un prejuicio con respecto a una noción en la que se ha reflexionado; o a lo que aparenta ser la habilidad de otros; o a lo que es la consideración: ‘Este monje es nuestro maestro.’ ¡Kalamas!, cuando ustedes por sí mismos sepan: ‘Estas cosas son malas; estas cosas son censurables; estas cosas son censuradas por los sabios; cuando se emprenden y se siguen, estas cosas conducen al daño y al infortunio,’ abandónenlas”.
5-Predicó una religión de intenso esfuerzo propio.
6-Predicó una religión desprovista de lo sobre natural
En resumen, para Huston Smith el buddhismo original presentaba las siguientes características:
a) Era empírico: énfasis en la experiencia y la validación directa.
b) Era científico: apuntaba a descubrir las relaciones de causa y efecto que afectaban a la experiencia.
c) Era pragmático, siendo la misma doctrina que predicaba un mero instrumento que luego debía ser desechado una vez alcanzada la iluminación.
d) Era terapéutico.
e) Era psicológico.
f) Era igualitario.
g) Estaba dirigido al individuo: no significa que el buda negara el ser social del ser humano, pero en el fondo su él apelaba al individuo, ya que de él dependía su propio destino.
Regresando a las primeras enseñanzas del Buddha, tenemos que a enseñanza de estas Cuatro Nobles Verdades fueron estructuradas por el Buddha de acuerdo al método indio clásico de los cuatro puntos de la práctica médica:
a) Diagnóstico del problema.
b) Identificación de las causas subyacentes.
c) Determinar el pronóstico.
d) Prescribir un tratamiento.
La Primera Noble Verdad es la Verdad de sufrimiento, “hay sufrimiento”, “el sufrimiento existe”. La clave para entender esta primera Verdad es comprendiendo el concepto de sufrimiento o Dukkha. Como explica Mingyur Rinmóche, dukkha se ajusta a términos modernos tales como “inquietud”, “insatisfacción”, “enfermedad”, “malestar”. Así, el sufrimiento dentro del buddhismo es amplio y abarca desde los problemas más triviales que podemos tener en el trabajo hasta las consecuencias que tienen en nosotros acontecimientos tales como la muerte de un hijo. Por lo tanto la Primera Noble Verdad no niega que la gente es feliz, pero asevera que con condición básica de la humanidad es el sufrimiento: miedo a perder el trabajo, miedo a no tener dinero para final de mes, miedo a morir, a estar solo, miedo a perder a alguien querido, miedo de saber que va haber un momento en que moriré lo cual constituye un absurdo y una paradoja existencial para muchos. Mingyur Rinpoche explica que el sufrimiento opera en muchos niveles y distingue dos clases de sufrimiento:
a) Sufrimiento natural: son aquellas cosas que simplemente no podemos evitar ya que no depende de nuestra voluntad de que sucedan o no. Dentro del buddhismo estas experiencias inevitables reciben el nombre de “Los cuatro ríos del sufrimiento”. El primer río lo representael nacimiento, ¿cómo es eso? Sabemos que cuando un niño o niña nace, no nace riéndose o dando muestras de serenidad y tranquilidad, todo lo contrario, llora y llora. Esto se explica por aquella traumática experiencia sensorial que es la transición del entorno protegido del útero materno al mundo exterior.
El segundo río es la vejez. Las personas temen a la vejez ya que por diversas razones, desde aquellos que consideran que es una enfermedad degenerativa que invalida a la persona y la hace dependiente de otras, hasta aquellos que temen perder su juventud y belleza e intentan combatir, infructuosamente la vejez por medio de cirugías de todo tipo. El tercer río es la enfermedad que puede suceder tanto a los viejos, pero también a jóvenes y niños. La enfermedad viene a recordar constantemente que el ser humano es frágil, que su vida no está asegurada, independiente de la edad o salud de la persona.
El cuarto río es la muerte que es la cesación total de toda actividad psicobiológica. La relación de los diversos seres humanos varía, hay quienes la aceptan como un hecho natural que no encierra misterio alguno, otros lo ven como un paso a una realidad más allá de esta terrena y otros simplemente la ven como un sin sentido, es decir, para aquellas personas la muerte es absurda, ¿por qué hay que morir?
b) Sufrimiento creado por uno mismo: los maestro buddhistas señalan que este sufrimiento es aquel que emerge producto de nuestra interpretación de situaciones y acontecimientos, así como también la percepción e interpretaciones que hacemos de nuestra propia persona. Tenemos desde trivialidades como personas inseguras producto de que no les gusta su nariz y deciden finalmente levantársela, presionadas por “el medio” y “estándares de belleza vigentes”, pero también está en la persona el tener la suficiente autoconfianza de dejarse o no arrastrar por las dictaduras de las modas.
Relacionado con lo anterior, tenemos a personas anoréxicas o vigoréxicas que tienen una visión distorsionada de sus cuerpos que muchas veces los lleva a poner en peligro sus vidas. Ahora bien, claro está que en algunos casos entran en escenas patologías que van más allá del control de la persona y que podrán solucionarse por medio de alguna terapia psicológica y medicamentos. Con esto quiero decir que la meditación no es la solución a todo tipo de problemas como lo creen algunas personas, especialmente aquellas que creen, que todos los problemas, desde un cáncer hasta una depresión endógena, “están sólo en nuestras mentes”
Por lo tanto, el sufrimiento entendido en un sentido amplio, era la condición básica de la humanidad. Así como existen las nubes, montañas y plantas, para el buda existe el sufrimiento en distinta escala. En África la gente muere fruto de terroristas islamistas, guerras tribales, mueren también de hambre. En Medio Oriente la gente sufre producto de las guerras y han tenido que escapar fuera de sus países en dirección a otros continentes. En Estados unidos cada 12.95 minutos una persona muere quitándose su propia vida. En Chile también ha habido un alza en la tasa de suicidios.
En 1990 la tasa general fue 5,6 por 100.000 habitantes (9,7 hombres y 1,6 mujeres), y para 2009, subió a 12,7, con una fuerte prevalencia masculina. Chile es el país de la OCDE donde más ha aumentado la tasa de suicidios, sólo por debajo de Corea del Sur. Los griegos sufren producto de una terrible crisis, jóvenes que no perciben ningún futuro prometedor, ancianos que han visto sus pensiones esfumarse han tomado decisiones radicales: suicidarse. Incluso la gente que parece “tenerlo todo”, producto de la adaptación hedonista, siempre está insatisfecho y quiere más de algo: éxito, fama, dinero, validación de otras personas, etc.
Pasemos ahora a la Segunda Noble Verdad, la el origen del sufrimiento. Estas causas explican los monjes buddhistas, las causas últimas de nuestros sufrimientos no están en las condiciones externas, sino que en nuestras interpretaciones de tales condiciones, esto es, cómo afrontamos y reaccionamos antes las situaciones diarias a las que tenemos que hacer frente. Este es un tema complejo ya que implica deshacerse de hábitos metales fuertemente arraigados: juzgar a los demás, compararnos, envidiar, competir con los demás, estar preocupado por la opinión de los demás. Pero como el buddhismo no considera nuestro “Yo” como algo inmutable y permanente en el tiempo, piensan que, con esfuerzo, es posible cambiar hábitos mentales fuertemente arraigados en nuestra personas, y que incluso son parte integral de nuestra propia identidad (este es un tema central y complejo dentro del buddhismo que amerita un artículo parte)
Es el “Yo” el que desea, teme, envidia y busca la permanencia y estabilidad dentro de un mundo en constante cambio, así como apego hacia las personas y cosas. El buda incluso en la célebre parábola de la balsa da a entender que sus seguidores no deben apegarse a la doctrina ya que esta es sólo un instrumento, de manera que el apego a la creencia y, pero aún el querer institucionalizarla sólo lleva a que esta se transforme en un obstáculo para el monje. De acuerdo al Biddha sus enseñanzas eran sólo un medio para un fin o una balsa para cruzar el río, pero de ninguna manera debe el monje continuar cargando la balsa una vez cruzado el río.
Continuemos ahora a la Tercera y Cuarta Noble Verdad que es la cesación del sufrimiento y el camino que conduce al cese del sufrimiento. Este es el camino más complejo ya que la persona puede comprender las causas del sufrimiento pero un nivel meramente intelectual y quedarse en ese estadio, es decir, en el de la mera comprensión y teorización. Pero no tiene sentido permanecer en tal estado si no se emprende el siguiente paso que es llevar lo aprendido a la práctica. Lamentablemente muchos falsos maestros y gurús se han quedado estancados en la etapa que podemos denominar como “intelectual”, se convierten en grandes pensadores, filósofos y sabios, que impresionan a sus seguidores con sus palabras y reflexiones, pero la verdad es que son farsantes que han generado un apego al conocimiento y el poder que este les confiere sobre otras personas.
El verdadero maestro no busca su propio enaltecimiento y menos crear una dependencia psicológica absoluta en las personas que lo siguen. Así el verdadero maestro es una persona que es capaz de hablar desde la experiencia y no desde lo que los libros dicen. Este fue el error que cometió el discípulo de nombre Ananda, quien tenía una excelente memoria y podía recitar las palabras de Buddha palabra por palabra. El problema es que eso era justamente lo que podía hacer Ananda, repetir enseñanzas pero no llevarlas a la práctica, a diferencia de su compañero Mahakasyapa, quien ponía en práctica lo que aprendía, lo que significó que Buddha lo nombrase como sucesor de su linaje. La Tercera y Cuarta Noble Verdad implica trascender ciertos condicionamientos negativos (y en primer lugar tomar conciencia de que estos existen y me perjudican) a los que hemos sido sometidos para de esa manera desaprenderlos (envidia, la manía de compararse con los demás, el narcisismo, etc)
Para superar el deseo y el sufrimiento el ser humano debe transitar por el Óctuple Noble Sendero, que implica una disciplina prolongada y paciente:
1-Recta comprensión: comprender las cosas tal cuales son, tal como son expuestas de acuerdo a las Cuatro Nobles Verdades. Pero esta no es una mera comprensión como la del estudiante en la universidad, sino que es una penetración más profunda, una comprensión de cómo opera este mundo y nosotros.
2-Recto pensamiento: son pensamientos de desapego no egoísta, no –violencia y respeto hacia los demás seres vivos humanos y no humanos.
3-Recta palabra: no difamar, no mentir, no calumniar y no hablar mal de las personas.
4-Recta acción: conducta moral honorable y pacífica, no robar y no matar.
5-Rectos medios de vida: abstenerse de ganarse la vida por medios que impliquen dañar a otros seres vivos.
6-Recto esfuerzo: consiste en desarrollar una enérgica voluntad de evitar que surjan pensamientos malos, y saber apartarlos en caso de que ya hayan surgido.
7-Recta atención: significa prestar una atención diligente a nuestro cuerpo, sensaciones, emociones, así como a las ideas y pensamientos, y cómo estos nos afectan.
8-Recta concentración: se logran por distintas formas de meditación, siendo esencial la concentración en la respiración
[1] W. C. Smith, El sentido y el fin de la religión (España: Editorial Kairós, 2005),50-51.
[2] Ibid., 50.
[3] Ibid., 38.