5/5-Arthur Schopenhauer: estética y palabras finales (por Jan Doxrud)

5/5-Arthur Schopenhauer (por Jan Doxrud)

Schopenhauer dedica varías páginas a la metafísica de la música, la arquitectura, la escultura y la poesía, claro que es la música la que lo cautiva en su integridad (no olvidemos que tocaba la flauta traversa). En palabras de nuestro filósofo pesimista,

“…gran parte del goce estético sobre lo bello consiste en que nosotros, al encontrarnos en el estado de la pura contemplación, quedamos exonerados por un instante de todo querer, esto es, de cualquiera deseos y preocupaciones, como si nos libráramos de nosotros mismos…y sabemos que estos instantes en los cuales quedamos liberados del acuciante apremio de la voluntad, como si emergiéramos de la etérea gravidez terrestre, son los más dichosos que conocemos. A partir de ahí podemos colegir cuan venturosa ha de ser la vida de un hombre cuya voluntad se vea apaciguada, no sólo un instante, como en el goce sobre lo bello, sino para siempre y quede totalmente apagada hasta el último rescoldo que mantiene al cuerpo y se extinguirá con él”[1].

Las bellas artes, es decir,  la arquitectura, la música, la escultura, la pintura y la poesía, constituyen otras formas de ir más allá de uno mismo, dejar atrás el mundo fenoménico aunque sea por unos instantes y resolver el problema de la existencia. Como señala el autor, únicamente las artes hablan el ingenuo e infantil lenguaje de la intuición, no el lenguaje abstracto y serio de la reflexión. Las bellas artes guardan una relación jerárquica, en donde la arquitectura representa la lucha constante entre pesadez y resistencia, siendo su ley fundamental el que ninguna carga esté sin soporte suficiente y ningún soporte carezca de una carga adecuada.

Schopenhauer se refiere específicamente al estilo arquitectónico antiguo, “el único justo y verdadero”, y lanza invectivas contra el gótico, de origen sarraceno, que no tiene comparación con las obras de los griegos. Incluso en este tipo de arquitectura gótica  se pierde el fin estético, el sentido y el tema de la arquitectura, “…pues desaparece el entramado libre y con él las columnas: soporte y carga, ordenados y distribuidos para visualizar la lucha entre rigidez y gravedad, dejan de ser aquí tema”[2].

La escultura representa la idea de la naturaleza humana, su belleza corporal y su movimiento, siendo los griegos quienes jugaron un papel fundamental: “…el único pueblo entre todos los de la tierra, capaz de descubrir el auténtico tipo normal de la figura humana y establecer los modelos de belleza y gracia a emular en todos los tiempos…”[3].  En cuanto a la poesía, Schopenhauer la describe como“…un arte que pone en juego la imaginación mediante las palabras”. Añade que “la poesía es a la filosofía lo que la experiencia a la ciencia empírica”.

Con esto quiere decir que, así como la experiencia nos proporciona hechos concretos e individuales, la ciencia, en cambio, establece postulados de validez universal, es omniabarcante y aspira a apropiarse en su totalidad del mundo fenoménico. Por otra parte, la poesía, “…quiere familiarizaros con las ideas (platónicas) del ser por medio de los singular y merced a los ejemplos, mientras que la filosofía quiere enseñarnos a conocer en conjunto y universalmente la esencia interna de las cosas que allí se expresa”[4].

La música juega un papel privilegiado en la vida de Schopenhauer, para quien es el lenguaje universal por excelencia, inmediatamente comprensible y que se encuentra más allá de la razón. En la música, así como en las artes en general, es central el papel creador del sujeto y la actitud de desprecio hacia la razón como limitante del potencial creador del ser humano, así como al deseo de lo infinito.

Dentro de este contexto es relevante entender el movimiento que recibe el nombre de Romanticismo, que se desarrolló como respuesta a la Ilustración y su desmedida desconfianza en la razón como desmitificadora y destructora del antiguo orden establecido. Con Kant, el mundo se convierte en algo aburrido, carente de secretos, de trascendencia, misterio, todo lo que anhelaban los románticos. El ser humano sólo puede aspirar a conocer la cosa en mí, bajo la forma espacio y tiempo, y nadie podía traspasar esa barrera, y el que dice hacerlo cae en un mero engaño.

El Romanticismo tuvo repercusiones en distintos ámbitos: la filosofía, la política, la religión, poesía, etc. Los románticos volvieron la mirada hacia autores del pasado:  la figura de Giordano Bruno y la del místico y teólogo Jacob Böhme, Jean Jacques Rousseau y su buen salvaje, y el panteísmo de Spinoza entre otros. El Romanticismo se caracterizó por la exaltación del nacionalismo frente al cosmopolitismo, la libertad nacional, especialmente cuando los ejércitos napoleónicos parecían poner en jaque la independencia de los alemanes. Recordemos los Discursos a la nación alemana, donde Fichte pretendía unir al pueblo alemán frente a la adversidad. Se defendió todo lo que significaba patrimonio de cada país, se rescataron tradiciones, costumbres, poesía, relatos épicos, como los de la Edad Media, que pasaron a considerarse como el alma de la nación. 

La historia comenzó a jugar obtuvo un rol relevante, identificándose con la tradición, y el pasado se volvió objeto de exaltación y veneración. El antirracionalismo fue otro aspecto del movimiento romántico, ya que que consideraban el racionalismo ilustrado como represivo y limitador en lo que respecta al desarrollo de las potencialidades del individuo. Como explica Geymonat, existúa un

“anhelo de infinito y de eternidad, de repugnancia por un saber recluido en los estrechos límites del mundo fenoménico. Algunos románticos intentaron satisfacer este anhelo mediante la fe, otros con el sentimiento, otros con la fantasía o la intuición;  de ahí la identificación de la filosofía con la religiosidad, el amor o el arte según los casos; de ahí la valoración de cuanto pueda haber de más inmediato e instintivo –hasta de salvaje- en el corazón humano”[5].

Ya señalamos este aspecto de liberación del individuo y de aniquilamiento en la filosofía posterior a Kant, recordemos a Fichte y otros que eliminaron la cosa en sí de Kant, de esta manera el sujeto queda como un cóndor planeando libremente sobre las corrientes de aire andinas sin límites para la expansión. La naturaleza se consideraba como algo divino, y por tanto, un rechazo del mecanicismo cartesiano y a las ciencias naturales. Schopenhauer es un amante de la música, así también el movimiento romántico, pero también de la religión, para quien Schopenhauer tiene relevancia y utilidad en su vertiente ascética. Lo importante es que la filosofía de Schopenhauer estuvo expuesta a las ideas del romanticismo.

Wagner se vio a sí mismo como fundador de una buena religión, aunque antes que él también lo había creído Ludwig van Beethoven. “La simbiosis entre arte y religión resulta –en principio- beneficiosa para ambos. La religión, en cuanto arte, se emancipa del dogma y se convierte en revelación del corazón; el arte, en cuanto religión, da una consagración sobrenatural a estas revelaciones[6]. Esta idea hubiese costado la vida de muchos en otros tiempos, colocar en el mismo estrado las artes y la religión, pero el proceso de secularización y el énfasis en el ser humano como autocreador y libre de todo dogma rígido, permitió al individuo a elevarse al antiguo reinos de los cielos por otros medio, obtener una sensación de trascendencia dentro de la propia naturaleza.

Palabras finales

Schopenhauer es y será recordado como el filósofo del pesimismo, pero pensamiento no puede reducirse solamente a este aspecto ya que, como señala Rüdiger Safranski, Schopenhauer pensó las grandes humillaciones de la megalomanía humana. Estas son, la humillación cosmológica, en donde nuestro planeta es solo una de las esferas que habitan en una inconcebible vasto universo. La humillación biológica, en el que el hombre es un animal en el que la inteligencia no tiene otra función que la de compensar la falta de instintos y la deficiente adaptación orgánica al mundo de la vida. Por último, la humillación psicológica, en donde hay fuerzas inconscientes que gobiernan nuestros actos y el yo consciente no es el que prevalece en el ser humano. Respecto a esto último, se ve a Schopenhauer como un antecesor de Freud. El padre del psicoanálisis admitió haber leído a Schopenhauer pero a edad avanzada. Escribió Freud:

“Sólo una minoría entre los hombres se ha dado cuenta de la importancia decisiva que supone para la ciencia y para la vida la hipótesis de procesos inconscientes. Pero nos apresuramos a añadir que no ha sido el psicoanálisis el primero en dar este paso Podemos citar como precursores a renombrados filósofos, ante todo a Schopenhauer, el gran pensador cuya voluntad inconsciente puede equipararse a los instintos anímicos del psicoanálisis, y que atrajo la atención de los hombres sobre la importancia, desconocida aún, de sus impulsos sexuales”[7].

Pero en su autobiografía, el Freud trata de desmarcarse de la real influencia de Schopenhauer en su obra:

“Las amplias coincidencias del psicoanálisis con la filosofía de Schopenhauer, el cual no sólo reconoció la primacía de la afectividad y la extraordinaria significación de la sexualidad, sino también el mecanismo de la represión, no pueden atribuirse a mi conocimiento de sus teorías, pues no he leído a Schopenhauer sino en una época muy avanzada ya de mi vida”[8].

Ya en un tono más agresivo, en sus Nuevas lecciones introductorias al psicoanálisis, Freud escribió:

Diréis, quizá, encogiéndoos de hombros: esto no es una ciencia natural, es filosofía schopenhaueriana. ¿Y por qué un osado pensador no podría haber descubierto lo que luego la confirmaría la investigación laboriosa y detallada? Además, todo se ha dicho alguna vez, y antes que Schopenhauer fueron muchos los que sostuvieron tesis análogas. Y por último, lo que nosotros decimos no coincide en absoluto con las teorías de Schopenhauer[9].

La voluntad ciega de Schopenhauer es el “ello” de Freud, la parte oscura e inaccesible de nuestra personalidad. También escribió Schopenhauer que el impulso sexual y la propensión a la vida son manifestaciones de la voluntad de vivir, objetivadas en los sujetos y, para Freud, igualmente la sexualidad constituía el motor de la conducta humana. Pero hay que guardar las distancias, en cuanto a que Schopenhauer era un filósofo y no un psicólogo como lo era Freud, imbuido del positivismo (hasta cierto punto de su carrera) y el racionalismo para sacar a la luz esas dimensiones lúgubres del ser humano.

Schopenhauer también se ganó la admiración de grandes escritores. Ya mencionamos a Borges, pero antes que él, León Tolstói calificó a Schopenhauer “como el más brillante de los hombres”. En realidad el brillante escritor ruso hace varias referencias a Schopenhauer en su diarios:

“Tenemos los resultados del pensamiento de los más grandes pensadores, que durante milenios se han distinguido de millones y millones de personas, y estos resultados del pensamiento de estos grandes hombres han pasado por la criba y el tamiz del tiempo. Se ha echado todo lo mediocre, únicamente ha quedado lo que es original, profundo, necesario.  Han quedado los Vedas, Zoroastro, Buda, Lao-Tse, Confucio, Meng-Tse, Cristo, Mahoma, Sócrates, Marco Aurelio, Epícteto, y los nuevos: Rousseau, Pascal, Kant, Schopenhauer…”[10].

El escritor alemán, Thomas Mann, relata cómo leía días enteros El mundo como voluntad y representación,sorbiendo así el filtro mágico de esta metafísica, cuya esencia más profunda es el erotismo”. Así como Thomas Mann habían descubierto este libro que lo hipnotizó, también le ocurrió a su personaje Thomas Buddenbrook.

“Allí fue donde un día Thomas Buddenbrook pasó muchas horas sumido con creciente atención en la lectura de un libro que había ido a parar a sus manos más por casualidad que por deseo….Era un libro bastante voluminoso. Se trataba del segundo tomo de un famoso tratado de metafísica. Lo había llevado consigo y ahora devoraba su contenido, página tras página”[11].  

Lev Tolstói

Richard Wagner (1813-1883) se maravilló con Schopenhauer y dedicó varias páginas de su obra a la metafísica de la música. En 1854 Wagner dice a Lizst: “Últimamente me he dedicado exclusivamente a un hombre que ha llegado como regalo del cielo a mi soledad. Es Arthur Schopenhauer, el mayor filósofo desde Kant”[12]. Nietzsche le consagró su tercera intempestiva con el título de  Schopenhauer como educador. El joven Nietzsche debió verse cautivado por el estilo de Schopenhauer, su personalidad, su independencia intelectual y la coherencia de sus escritos. Nietzsche en su lucha contra la modernidad y la ciencia, el mundo como voluntad y representación fue un aliado poderoso.

El Nietzsche metafísico, que aún cree en fundamentos últimos permanecerá cerca de Schopenhauer, en cuanto a que la fragmentación o individuación son solo apariencias que se dan en el mundo fenoménico, cuando lo real es el fundamento originario. Retornar a la unidad es la cura a todos los sufrimientos, y en esto las artes, la música juegan un papel fundamental, para retornar a la unidad que fue fragmentada por Sócrates, quien hizo prevalecer el elemento dionisíaco. Pero Nietzsche se separa de Schopenhauer debido al pesimismo de este último, por la negación de la voluntad de vivir, mientras que Nietzsche afirma la voluntad de vivir, la corporalidad y la falta de límites.

Nietzsche se volvería en contra de sus antiguos maestros: Schopenhauer y Wagner. Para Nietzsche ya no hay retorno a un origen, esos orígenes son la enfermedad y hay que rastrearlos y destruirlos. No hay principios absolutos, no hay hechos morales, sino que interpretaciones morales de los hechos, ya no queda verdad para Nietzsche, sólo errores y construcciones humanas que descubrir y denunciar.

Schopenhauer no encarnó el ideal del asceta al que hacía alusión en su obra, tampoco pretendía hacerlo. En palabras de Safranski: “Arthur Schopenhauer no fue un Buda, y por suerte para él, no se forzó a querer serlo. Rehuyó juiciosamente la tragedia que consiste en tratar de vivir de acuerdo con las propias inspiraciones e intuiciones. Schopenhauer no se confundió consigo mismo”. No fue una parte de él el que dio nacimiento a su principal obra pero su otra parte se asombra de poder haber esbozado y desarrollado tales ideas.

Wagner

¿Cuántos escritores se lanzan con pasión a filosofar y a escribir sobre sublimes temas con los cuales o no se identifican o no logran estar a la altura? ¿Es posible estar a la altura de lo que uno escribe y piensa? Schopenhauer dijo en una ocasión: “Yo me asombro a mí mismo a veces de cómo he podido hacer todo eso pues en la vida corriente uno no es, en modo alguno, el mismo que en los elevados momentos de producción”[13].

A final de sus años (1850-1860), Schopenhauer logró alcanzar la fama y comenzó a ser reconocido. Difícil debió haber sido para este solitario y misántropo personaje tener que recibir peregrinos, intrusos y mujeres devotos de él. Incluso se vuelve a reencontrar con el género femenino, ya que su imagen, al parecer,  varía. En una ocasión confesó a una amiga de Wagner, Malwida von Meysenburg lo siguiente: “no he dicho todavía mi última palabra sobre las mujeres”[14]. En 1859 llega a Francfort Elisabeth Ney, para realizar un busto de Schopenhauer. Schopenhauer comenta sobre ella:

Ella trabaja todo el día conmigo. Cuando vengo de comer, tomamos juntos el café, nos sentamos el uno junto al otro en el sofá y me siento como si estuviera casado”[15].

Incluso ante la pregunta de la escultora del porqué la miraba con intensidad, Schopenhauer respondió: que se esforzaba en hallar en ella algún pequeño indicio de que le estuviera creciendo el bigote, ya que día tras día le parecía cada vez más increíble que en realidad fuese usted una mujer.

El 21 de septiembre de 1860, Arthur Schopenhauer es encontrado muerto, reclinado en el brazo del sofá. Un ataque pulmonar había enviado a Schopenhauer a esa segunda infinita inexistencia donde dejó de ser. “Tenía su rostro inalterado, sin huellas de lucha con la muerte”[16].

Lecturas complementarias

I-Kant

1/15-Apuntes sobre Immanuel Kant: introducción (por Jan Doxrud)

2/15-Apuntes sobre Immanuel Kant: breve biografía (por Jan Doxrud)

3/15-Apuntes sobre Immanuel Kant: breve biografía (por Jan Doxrud)

4/15-Apuntes sobre Immanuel Kant: la filosofía crítica y los juicios (por Jan Doxrud)

5/15-Apuntes sobre Immanuel Kant. Filosofía crítica: espacio , tiempo y la lógica (por Jan Doxrud)

6/15-Apuntes sobre Immanuel Kant. Filosofía categorías, el  Yo y los esquemas trascendentales (por Jan Doxrud)

7/15-Apuntes sobre Immanuel Kant. Filosofía crítica: la dialéctica trascendental y la existencia de Dios (por Jan Doxrud)

8/15-Apuntes sobre Immanuel Kant. Filosofía crítica:  síntesis de la Crítica a la razón pura (por Jan Doxrud)

9/15-Apuntes sobre Immanuel Kant. La ética (por Jan Doxrud)

10/15-Apuntes sobre Immanuel Kant. La ética: la fundamentación de la metafísica de las costumbres (por Jan Doxrud)

11/15-Apuntes sobre Immanuel Kant. La Crítica de la razón práctica (por Jan Doxrud)

12/15-Apuntes sobre Immanuel Kant. La Crítica de la razón práctica (por Jan Doxrud)

13/15-Apuntes sobre Immanuel Kant. La Crítica de la razón práctica (por Jan Doxrud)

14/15-Apuntes sobre Immanuel Kant. La Crítica del juicio (por Jan Doxrud)

15/15-Apuntes sobre Immanuel Kant. Filosofía de la historia y años finales de Kant(por Jan Doxrud)

II-Hegel

1/10-Apuntes sobre la filosofía de Hegel (por Jan Doxrud)

2/10-Apuntes sobre la filosofía de Hegel. (por Jan Doxrud)

3/10-Apuntes sobre la filosofía de Hegel (por Jan Doxrud)

4/10-Apuntes sobre la filosofía de Hegel: La dialéctica (por Jan Doxrud)

5/10-Apuntes sobre la filosofía de Hegel: La fenomenología  (por Jan Doxrud)

6/10-Apuntes sobre la filosofía de Hegel: La lógica (por Jan Doxrud)

7/10-Apuntes sobre la filosofía de Hegel: Filosofía de la Naturaleza y del Espíritu. (por Jan Doxrud)

8/10-Apuntes sobre la filosofía de Hegel: Filosofía de la Historia (por Jan Doxrud)

9/10-Apuntes sobre la filosofía de Hegel: Filosofía del Derecho (por Jan Doxrud)

10/10-Apuntes sobre la filosofía de Hegel: algunas críticas(por Jan Doxrud)

III-Romanticismo

1/4-La influencia del Romanticismo alemán en el pensamiento occidental (por Jan Doxrud)

2/4-La influencia del Romanticismo alemán en el pensamiento occidental (por Jan Doxrud)

3/4-La influencia del Romanticismo alemán en el pensamiento occidental (por Jan Doxrud)

4/4-La influencia del Romanticismo alemán en el pensamiento occidental (por Jan Doxrud)

IV-Religión

Maya o el velo de la ilusión (por Jan Doxrud)

Buddhismo: breve introducción (1) (por Jan Doxrud)

Buddhismo: ¿Qué es (o no es) el Nirvana? (2) (por Jan Doxrud)






[1] Ibid., 492.

[2] Arthur Schopenhauer, vol. 2, 402.

[3] Ibid., 405.

[4] Ibid., 412.

[5] Ludovico Geymonat, (España:Editorial Crítica, 2006), 452.

[6] Rüdiger Safranski, op. cit., 97.

[7] Arthur Schopenhauer, vol. 1, 43.

[8] Ibid.

[9] Ibid., 44.

[10] Lev Tolstói, Diarios (1895-1910)  (España: Acantilado, 2003), 383.

[11] Arthur Schopenhauer, vol. 1, 46.

[12] Safranski., 42.

[13] Rüdiger Safranski, op. cit., 472.

[14] Ibid., 474.

[15] Ibid.

[16] Ibid.