2/5-Israel, israelíes y judíos: la persistencia de prejuicios y estereotipos (por Jan Doxrud)
El Presidente de Colombia Gustavo Petro comparó Gaza con Auschwitz en su cuenta de “X”. Específicamente escribió: “Ya estuve en el campo de concentración de Auschwitz y ahora lo veo calcado en Gaza”. Gaza, con todas las limitaciones que efectivamente tiene, no es un campo de exterminio. En Gaza podemos encontrar hoteles de lujo (Al Deira, al Mashtal, Blue Beach), internet, hospitales, comercio, escuelas, un grupo terrorista financiado por países extranjeros y una élite dirigente que lleva una vida bastante “grata” en Qatar.
Otras personas repiten como mantra “From the river to the sea. Palestine will be free”, siendo bastante evidente las consecuencias que se desprenden de esa frase. Para los antisemitas del régimen de Irán (no incluyo a todos los iraníes tanto dentro de Irán como la diáspora) y de Hamás es claro que esta frase significa lisa y llanamente que el Estado de Israel debe ser eliminado desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo.
También han surgido otras interpretaciones forzadas (fruto del wishful thinking o deliberadamente con el objetivo de engañar) como la citada en un artículo de Al-Jazeera titulado “From the river to the sea”: What does the Palestinian slogan really mean? Aquí se trae a la palestra a Nimer Sultany, profesor de derecho en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de Londres, para quien este slogan vendría a significar “la necesidad de igualdad para todos los habitantes de la Palestina histórica”. Añade que quienes apoyan el “apartheid” israelí” y la “supremacía judía” encontrarán objetable tal canto.
Lo anterior no significa que no se puedan criticar y denunciar las políticas del Estado de Israel, de sus partidos políticos y sus integrantes. Tampoco se quiere dar a entender que cualquier crítica a Israel sea sinónimo de ser antisemita. Por lo demás Israel, a diferencia de sus vecinos, es una democracia parlamentaria en donde se permite la oposición y la crítica interna, como la que hemos presenciado a propósito de la fuerte oposición al gobierno de Benjamin Netanyahu, algo inexistente en la mayor parte de los países árabes. Incluso existe Lista Árabe-Unida (Ra’am), partido árabe musulmán religioso, actualmente dirigido por Mansour Abbas.
En suma, de lo que se trata es evitar caer en generalizaciones y estereotipos (de los israelíes, de Israel y de los judíos) y utilizar gratuitamente conceptos (nazi, fascista, colonialista, Apartheid) que no se condicen con la realidad. Por ende no se trata de ser un apologista del Estado de Israel sino que de criticar sin caer en los estereotipos que se han construido sobre Israel, los israelíes y judíos en general. Hay que aprender a criticar a Israel sin caer en la tentación de representar tanto al país como a sus habitantes de manera reduccionista y simplista. Por esa misma razón no vamos a hostigar a todos los rusos alrededor del mundo o quemar símbolos e infraestructura de la Iglesia Ortodoxa. Por esa misma razón no vamos a catalogar a todos los musulmanes de fanáticos y violentos, y atentar contra sus mezquitas.
https://www.haaretz.com/israel-news/2023-11-07/ty-article/.premium/arab-list-mk-abbas-denounces-hamas-attack-says-massacre-doesnt-represent-arab-society/0000018b-aa11-d5aa-a19f-affb1b4b0000
No es fácil dilucidar los orígenes del antisemitismo ya que los judíos han sido objeto de múltiples estereotipos (donde unos se solapan con otros y en donde incluso unos contradicen a otros) de manera que las razones de la hostilidad actual hacia ellos varía. Existe un repertorio de estereotipos, es decir, una serie de moldes dentro de los cuales se puede colocar a la fuerza a los judíos: el capitalista amo de las finanzas, el dueño de todos los medios de comunicación, el usurero, el conspirador que todo lo permea, el bolchevique comunista, el colonialista blanco o la punta de lanza de Occidente en Medio Oriente.
A esto se suma lo que el intelectual italiano y académico de la Universidad de Columbia, Enzo Traverso, denomina como una nueva “judeofobia” (concepto que no comparto, en el sentido que no lo considero una “fobia”) dentro del mundo musulmán producto del conflicto palestino-israelí. Teniendo esto último en consideración, Traverso opina en una conversación (de noviembre de este año) con Martin Martinelli (del Centro de Investigaciones de Política Internacional), que es un error intentar conectar los sucesos del 7 de octubre con el Holocausto (como si hubiese una continuidad histórica). La razón de esto es que pasa por alto el contexto específico que él califica de “ocupación”, explotación” y “humillación” de los ciudadanos de la franja de Gaza.
En suma, para Traverso no habría una continuidad que va desde el “affaire Dreyfuss”, pasando por Hitler hasta llegar a Hamas. Si bien concuerdo con parte de esta aseveración, en el sentido que no podemos pasar por alto el contexto específico del conflicto árabe-israelí (y posteriormente palestino-israelí), no debemos olvidar también que parte del mundo árabe ha bebido de las mismas fuentes antisemita de las que bebieron un Alfred Rosenberg o Hitler, como es el caso de los Protocolos de los Sabios de Sión a los cuales me referiré más adelante.
Mi opinión es que en el caso actual se entremezclan múltiples corrientes que se muestran hostiles hacia los judíos, aunque no podemos tampoco generalizar. Acá existe una mescolanza de antioccidentalismo, sentimiento antiestadounidense (aliado de Israel), “islamoprogresismo” (esa curiosa alianza entre progresismo e islamismo fundamentalista: pensemos en el español Pablo Iglesias), poscolonialismo, “identity politics”, movimientos islamistas, anticolonialistas y antiimperialistas (no podemos dejar de mencionar también a los racistas convencidos de la extrema derecha nacionalista). Así, pueden haber quienes no sean antisemitas, pero que ven a Israel como un cáncer occidental (aliado además de EE.UU) en Medio Oriente. Dentro de este mundo maniqueo en que se mueven adherentes a ciertas disciplinas (como el poscolonialismo), Israel es el opresor y el “palestino” es la víctima oprimida, los verdaderos dueños de esas tierras que les fueron arrebatadas por un un grupo ajeno a estas. Dentro de esta visión plagada de ignorancia histórica serían los palestinos los habitantes “históricos” de esa tierra, mientras que los judío serían unos colonizadores europeos.
La Comisión Europea emitió el 5 de noviembre de 2023 una declaración sobre incidentes antisemitas en Europa. En esta podemos leer sobre los extraordinarios niveles a los que ha llegado los incidentes antisemitas en toda Europa, lo que se ha traducido en que los judíos europeos nuevamente viven con miedo. Ejemplos de lo anterior son los cócteles molotov lanzados contra una sinagoga en Alemania, estrellas de David rociadas sobre edificios residenciales en Francia, un cementerio judío profanado en Austria, tiendas y sinagogas judías atacadas en España y manifestantes coreando consignas de odio contra los judíos.
La Comisión Europea condena tales actos que califica como despreciables puesto que van en contra de todo lo que representa Europa, esto es, un modelo de sociedad “basado en la igualdad, la inclusión y el pleno respeto de los derechos humanos. Judío, musulmán, cristiano: nadie debería vivir con miedo a la discriminación o la violencia a causa de su religión o su identidad. La UE está decidida a proteger el bienestar de todas sus comunidades, étnicas, religiosas u otras”.
Artículos complementarios
1/5-La identidad palestina (por Jan Doxrud)
2/5-La identidad palestina (por Jan Doxrud)
3/5-La identidad palestina (por Jan Doxrud)
4/5-La identidad palestina (por Jan Doxrud)
5/5-La identidad palestina (por Jan Doxrud)
Antisemitismo: ¿de qué estamos hablando? (por Jan Doxrud)