4) La crisis financiera 2007-2008 en Estados Unidos (por Jan Doxrud)
Examinemos ahora como se vieron afectadas la principales instituciones financieras. Comencemos con Bear Stearns (BS), entidad fundada comienzos de 1920 por Joseph Ainslie Bear (1878-1955), Robert B. Stearns (1888-1954) y Harold C. Mayer. Durante la crisis su consejero delegado era el algo excéntrico James “Jimmy” Cayne (1934-1921) quien en el 2005 figuraba entre los 500 estadounidenses más ricos de acuerdo a Forbes. Como explica Blinder BS era el más pequeño y posiblemente el menos sólido de los “Cinco Grandes” bancos y, a pesar de ello, BS “no bajó del tercer puesto a nivel nacional en volumen de concesión de títulos financieros hipotecarios privados entre 2000 y 2007”.
Blinder señala que BS comenzó su actividad el lunes por la mañana con USD 18 mil millones en efectivo y en valores financieros de alta liquidez. Pero sucedió que para finales del mismo día, BS sufrió una espectacular sangría que significó que terminara con USD 12.500 millones y para el día jueves en la noche (cuando lo usual es hacerlo los viernes) la liquidez de BS cayó hasta los USD 2.500 millones de dólares. Finalmente el salvataje provendría de la FED la cual, por medio de la intermediación de JPMorgan Chase, prestó USD 13 mil millones para que BS pudiera sobrevivir el fin de semana. Como destaca Blinder esto fue cruzar el Rubicón puesto que BS era un banco que nunca había sido supervisado por la FED.
Para justificar esta polémica decisión, se apeló a la cláusula de la Ley de la Reserva Federal: la Sección 13 (3) la cual, como explica el economista estadounidense, “otorgaba la potestad a una mayoría cualificada de cinco de los siete directores del consejo de administración de la Fed para conceder préstamos de emergencia a cualquier individuo, sociedad o corporación que se encontrase bajo circunstancias inusuales y exigentes”. Ahora bien BS igualmente no sobreviviría por lo que se tuvo que utilizar otra estrategia: que BS fuese comprada. ¿Quién terminaría absorbiendo a PS? La respuesta: JP Morgan.
La institución era dirigida desde 2005 (hasta la actualidad) por Jamie Dimon quien impuso la condición de que el Secretario del tesoro o la FED se hiciera cargo o, mejor dicho, comprase una cartera de activos hipotecarios riesgosos. El problema es que si la FED incorporaba esta suma en su balance serían los contribuyentes estadounidenses quienes estarían asumiendo el riesgo y pagando. Por si esto no fuera suficiente, la FED había solicitado al Tesoro una indemnización por posibles pérdidas, pero los abogados del tesoro rechazaron tal opción. Así, el sucesor de Alan Greenspan en la Fed – Ben Bernanke – tenía una difícil decisión que tomar, tal como lo explica Blinder
“Ahí estaba la Fed, atrapada entre la proverbial espada y la pared. Bernanke podía dejar caer a Bear ese fin. De semana – asumiendo las consecuencias que ello provocase – o poner su cabeza bajo el hacha del verdugo comprando 30.000 millones de dólares en activos hipotecarios dudosos de valor incierto, y cargando a los contribuyentes con el riesgo de la más que posibles pérdidas. Escogió la segunda opción”.
Finalmente se cerró el acuerdo en donde JP Morgan accedió a absorber los primeros USD 1000 millones de pérdidas, mientras que la FED absorbería los otros USD 29.000 millones. Una vez que JP Morgan obtuvo esta garantía, compró la totalidad de las acciones de BS a USD 2 por unidad, pero que finalmente ascendió a USD 10 “ para garantizar que los accionistas de Bear. Stearns no vetasen la fusión” señala Blinder.
Cabe preguntarse por qué la Fed decidió intervenir en este caso específico. Como bien señala Blinder, no debemos hablar de un rescate por parte de la Fed puesto que los accionistas sufrieron cuantiosas pérdidas, James Cayne perdió él solo USD 1000 millones y, por último, JP Morgan tuvo que hacerse cargo de un muerto. Quienes sí fueron rescatados fueron los acreedores de BS que en su mayor parte eran otras empresas financieras.
Pero aún queda responder por qué rescataron a un banco que no era el más grande de entre los cinco ya mencionados. ¿Qué mensaje se emitía hacia otras instituciones? ¿Había un peligro de riesgo moral? Es decir, puede suceder que aquellos que se sienten asegurados contra el riesgo (por ejemplo, mediante la intervención de la Fed) estén dispuestos a no evitarlo. Como comenta Roubini y Mihm, el riesgo inducido es la “buena disposición que tiene alguien para asumir riesgos (sobre. todo excesivos) que normalmente evitaría, simplemente porque sabe que otro se hará responsable. De cualquier consecuencia negativa (…)”. En el caso de la Fed, los autores responsabilizan a Alan Greenspan y su política de dejar que la burbuja se inflara sin poder hacer nada para luego intervenir frenéticamente para detener la caída. Esta intervención de la Fed creaba incentivos negativos y el problema del riesgo moral.
Una de las principales críticas – y no fue de cualquier economista – fue la de Paul Volcker, ex presidente de la Reserva Federal (1979-1987). La médula de su crítica apuntaba a que la Fed había llegado hasta el mismo límite de sus poderes legales, transgrediendo ciertos principios y prácticas de la fuertemente arraigados por parte de la banca. ¿Quizás la explicación de intervenir en Bear Stearns fue el famoso “too big too fail”? En otras palabras ¿las consecuencias habrían sido más desastrosas si no se hubiera intervenido en esta entidad financiera? De acuerdo a Blinder. sería mejor hablar de “demasiado grande para dejar quebrar con estrépito”. Como ya señalamos, BS no era demasiado grande para quebrar y era solo la quinta entidad más grande de Wall Street (dejando de lado las grandes compañías de seguros).
Por lo tanto, si no era demasiado grande para quebrar, ¿por qué intervino la Fed? De acuerdo a Blinder porque BS estaba “demasiado interconectado” como para dejarlo quebrar. En primer lugar BS estaba estrechamente vinculado a otras instituciones financieras, principalmente fondos de alto riesgo. Como explica Blinder, una de las principales actividades de BS era “servir de principal corredor de Bolsa a cientos de ellos, es decir, ejecutar transacciones, proporcionar garantías , recibir y distribuir las cantidades invertidas, etc”.
En segundo lugar , Blinder explica que BS era contraparte en, probablemente, cientos de miles de millones de derivados. Una tercera razón se apoya. en las palabras de Ben Bernanke, de que BS estaba involucrado en un mercado crucial como el de financiación de repo o recompra donde bancos y grandes instituciones obtienen liquidez a corto plazo, es decir, días, semanas o meses. Este mercado tiene cierta similitud con las casas de empeño en el sentido de que se pide una determinada suma de dinero a cambio de dejar un activo valioso como colateral. En este caso el activo valioso no es un bien preciado de algún familiar sino que, por ejemplo, bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Así, la institución que pide prestada una suma, deja un activo a cambio con el compromiso de recomprarlo pagando un interés. Para Bernanke, haber dejado caer a BS hubiese afectado negativamente a este mercado crucial para la economía nacional e internacional. Sobre este tema concluye Blinder:
“En resumen, Bear Stearns fue considerada como demasiado interconectada para quebrar. Pero ¿realmente era cierto? Nunca lo sabremos, aunque las múltiples catástrofes que comenzaron a surgir a partir de los seis meses de la quiebra de Lehman Brothers conceden a tal consideración una credibilidad considerable.”
Como explica Alan S. Blinder, tras lo acontecido con BS parecía que las aguas se habían calmado. El índice S&P 500, que había caído un 18% entre el 9 de octubre de 2007 y el 14 de marzo de 2008, logró recuperar casi la mitad de esa cifra entre el 14 de marzo y el 2 de mayo. Junto con esto, los costes de protección contra impago por medios e CDS habían disminuido.
Otras instituciones que se vieron afectadas fueron las denominadas “Government Sponsored Enterprises (GSE). Estas GSE son entidades cuasi gubernamental que fueron creadas con el objetivo de optimizar el flujo de crédito a sectores específicos de la economía estadounidense. Sumado a esto, las GSE gozaban de una gran confianza entre los agentes del mercado puesto que, si bien eran privadas, estas contaban con una línea de crédito del Departamento del Tesoro.
Esto hacía que, a pesar de no haber una garantía legal, se creyera que sí existía una de carácter implícito que se traducía en la creencia de que ante cualquier problema, el gobierno no dejaría caer a estas situaciones. Si bien son de propiedad privada, estas ofrecen servicios financieros públicos. En suma, las GSE ayudan a facilitar los préstamos para una variedad de personas, que van desde estudiantes, pasando por propietarios de viviendas hasta agricultores.
La primera de estas FSE es la Federal National Mortgage Association (conocida como Fannie Mae), creada en 1938 y que pasó a ser privada a partir de 1968. La segunda GSE es la Federal Home Loan Mortgage Corporation (conocida como Freddie Mac) creada en 1971 para que compitiera con Fannie Mae. Como podemos leer en su página web, su objetivo es apoyar el sistema de financiamiento de viviendas de Estados Unidos, así como también ayudar a garantizar un suministro confiable y asequible de fondos hipotecarios en todo el país.
Finalmente las pérdidas en el mercado inmobiliario socavaron la confianza en estas instituciones, el precio de sus acciones cayeron y aumentó el costo de asegurar su deuda en el mercado de los CDS. Ante esto, el Secretario del Tesoro Hank Paulson, con la autorización del presidente y del Congreso, pudo extender una línea de crédito a las GSE. Como afirma Blinder, el gobierno puso en “mantenimiento” a las GSE por 4 años, lo que significó un desembolso de alrededor de USD 140 mil millones.
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