(X) Economía marxista: Rudolf Hilferding (Por Jan Doxrud)
Hilferding pasa a examinar lo que podemos llamar las “etapas de la crisis”. Tenemos que todo ciclo industrial comienza con una expansión de la producción, que puede obedecer a diversas causas dependiendo de momentos históricos particulares. Lo anterior, puede estar en general relacionado con la apertura de nuevos mercados, al nacimiento de nuevos sectores productivos, la introducción de mejoras tecnológicas y la demanda creciente a causa del aumento de la población. Tal demanda presiona los precios al alza, así como también los beneficios en ramas específicas de la producción. A esto hay que sumar que para hacer frente a la demanda, señala Hilferding, se llevan a cabo grandes inversiones de capital fijo, sustituyéndose las instalaciones antiguas y generalizándose así un proceso en donde cada sector industrial crea, debido a estas inversiones con fines expansivos, demanda para las otros sectores.
Así, los sectores de la producción se alimentan mutuamente y la industria se convierte en el mejor cliente de la industria. Esta inversión creciente en capital fijo terminan por crear una tensión dentro del sistema. La historia nos es familiar y es que la modificación de O’ tiene como consecuencia una reducción de la tasa de beneficio, la cual será mayor en aquellos sectores donde O’ sea mayor, que es la expresión económica del aumento de la productividad y por lo tanto también esto significará la disminución de los precios de la misma cantidad de mercancías, lo que otorga a los capitalistas ganancias extraordinarias de manera temporal. Esto continuará así hasta que la continua afluencia de capital a aquellos sectores terminen por mermar estas ganancias, nivelándose así la tasa de beneficio.
Hilferding señala también que cuanto mayor sea el volumen del capital fijo, más largo será el tiempo necesario para crear nuevas inversiones, lo que explica la diferencias temporales en lo que respecta a la ampliación de la producción en las distintas ramas. Y también, cuanto mayor sea la masa de capital fijo, mayor será el tiempo necesario para que se realicen los nuevos cambios y para que aumente la capacidad de rendimiento. Por ejemplo el autor explica que el aumento del número de altos hornos, la explotación de nuevas minas de carbón y el tendido de nuevos ferrocarriles, exigen más tiempo que el incremento de los productos textiles o de la fabricación de papel. Las crisis, afirma Hilferding, se manifiestan con mayor fuerza en aquellas sectores productivos técnicamente más desarrollados, por ejemplo, en la industria textil, como es el caso del algodón, para posteriormente manifestarse en las industrias pesadas.
Por lo tanto, las crisis serán, por lo general, más potentes allí donde la rotación del capital se prolonga por más tiempo y en donde las mejoras e innovaciones tecnológicas son más grandes. Cuando sobreviene la crisis, se produce una disminución en los precios y de los beneficios por debajo del nivel “normal” o, lo que es lo mismo, por debajo de los precios de producción y del beneficio medio. Tenemos así una contracción y junto a esta comienza también un proceso de destrucción de las empresas, sobreviviendo sólo aquellas que logran obtener el beneficio medio con precios bajos, claro que se trata de un beneficio medio en otro nivel, diferente al anterior.
Hilferding también explica el rol del crédito en el desarrollo del ciclo. Durante el boom tenemos tipos de interés bajos, lo cual permite que las personas y empresas acudan a solicitar créditos. Las cotizaciones bursátiles experimentan un alza o, como señala Hilferding, se produce una cotización elevada del capital ficticio, lo cual produce un brote de especulación entre las personas confiadas en el permanente aumento en el precio de las acciones, formándose así un proceso que se alimenta a sí mismo. Toda esta ilusión especulativa llega a su fin cuando la subida de los tipos de interés contraen el crédito, lo que provoca a la larga el colapso y paralización de las industrias, así como la quiebra no sólo de deudores sino que también de los acreedores.
Las acciones que eran las más apreciadas, ya no lo son y sólo el oro puede constituir el único refugio seguro. Hilferding considera errónea la observación de comentaristas y de la “prensa burguesa” que ven como causa de la última crisis, casi exclusivamente, al encarecimiento del dinero o a la falta de capital monetario. Para Hilferding la prosperidad no depende únicamente de la situación del mercado monetario, siendo prueba de eso el hecho de a pesar de haber liquidez monetaria tras la crisis, la depresión aún continuaba. Hilferding no ve las fluctuaciones del tipo de interés como “el” factor principal de los ciclos industriales.
De acuerdo al autor la oferta del capital de préstamo depende del estado de la producción, esto es, en primer lugar, de su volumen y, segundo lugar, de la proporcionalidad de las ramas de la producción, la cual actúa de un modo decisivo sobre el tiempo de rotación de las mercancías y con ello sobre la velocidad de rotación del dinero de crédito. El autor ofrece un ejemplo para corroborar su idea de que un interés elevado no puede producir por sí solo ninguna crisis. Señala que en el año 1864 la balanza de pagos de Inglaterra era pasiva. Producto de la guerra civil norteamericana se produjo una paralización de la importación de algodón.
Esto tuvo como consecuencia el aumento en la importación de algodón de India Oriental y de Egipto, y se amplió la importación de estos países. En el caso de la India Oriental pasó de 15 millones de libras (1860) a 52 millones (1864), y en el caso de Egipto, de 10 millones de libras a casi 20 millones. Como reacción, el banco elevó su descuento para impedir la salida de metal, lo que se tradujo que en 1864 el descuento oscilara del 6% al 9%. Hilferding, citando a Tugan-Baranovsky, señala que a pesar de todo, la crisis se limitó exclusivamente al mercado monetario, mientras que en el mercado de mercancías se registró un alza insignificante. Añade además que a pesar de un nivel de descuento que en tiempos anteriores se aplicaba en situaciones de apuro monetario extremo, la industria y el comercio no experimentaron ninguna conmoción de importancia.
Para terminar este resumen de la crisis de acuerdo a Hilferding, procederé a destacar las ideas principales. En primer lugar, para el economista, la posibilidad general de la crisis se da con la duplicación de la mercancía en mercancía y dinero, lo cual trae como consecuencia la posible interrupción de lo que considera el río de la circulación de mercancías, esto es, cuando en el proceso M1 – D – M2, la D no se realiza, por ejemplo, por atesoramiento, lo que significa que M2 queda invendible.
En segundo lugar tenemos una segunda condición de la crisis que es la anarquía de la producción que predomina en el régimen capitalista de producción, que generaliza la producciónde mercancía, ampliando así los mercados y formando a la larga un gran mercado mundial, lo que puede hacer de la crisis un problema de mayor alcance.
En tercer lugar, tenemos como causa de la crisis la mejora en las condiciones técnicas, lo que significa un aumento de O’ y una reducción de la tasa de beneficios. La crisis sobreviene cuando la tendencia de la tasas de beneficio decreciente se imponen frente a las tendencia que han motivado un alza de los precios y del beneficio (estas últimas, producto del aumento de la demanda).
En cuarto lugar, cuando se genera una dilatación del período de rotación del capital, esto es, cuando se produce un retardo en las ventas, esto trae como consecuencia un descenso en la velocidad de circulación del dinero de crédito. Fruto de lo anterior, las empresas comienzan a ser liquidadas para efectuar sus pagos pendientes, ya que el acceso al crédito es restringido debido a la subida de los tipos de interés. Las personas, presas del pánico, se refugian en activos líquidos. Durante el período en que la producción es baja, se hace imposible la acumulación monetaria a escala social, siendo posible solamente la acumulación individual, de manera que para Hilferding, lo normal es que inmediatamente después de una crisis exista una gran liquidez monetaria y, a pesar de todo, puedan pasar años hasta que se imponga por completo la prosperidad.